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Estrella

Padre Raúl Hasbún

Por: Padre Raúl Hasbún | Publicado: Viernes 8 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Hoy celebramos la Natividad (nacimiento) de la Virgen María. Es el preludio de la Natividad de Jesucristo, su hijo e Hijo de Dios. María realiza la misma función de la Estrella matutina, que anuncia: ya cesa el dominio de las tinieblas, ahora viene el imperio de la Luz. Mucho se especula sobre el origen y significado de la estrella que orna nuestra bandera. ¿Signo masónico? ¿Mapuche? ¿Representativo de los Poderes del Estado? ¿Del Estado unitario? Los guerreros y estadistas que fundaron nuestra Independencia lo tenían muy claro: “El Estado de Chile es deudor a la protección de la Madre de Dios, bajo la advocación del Carmen, de la victoria de Maipú. Ella lo salvó del mayor peligro en que jamás se vió… Este religioso pueblo manifestó su gratitud por una junta de corporaciones, que ofreció construir un Templo en honor de su Protectora y Patrona jurada de sus armas en el campo de aquella gloriosa batalla, como un monumento de su reconocimiento a tan señalado beneficio…Confiesen, los feroces enemigos de la libertad de América, que hemos contado y contaremos siempre como verdaderos católicos con la protección del Cielo en favor de la presente lucha”: Decreto del Director Supremo del Estado de Chile, don Bernardo O’Higgins, noviembre 18 de 1819. Y es que el 5 de diciembre de 1811, con las firmas unidas de José Miguel Carrera y Bernardo O´Higgins, nuestros héroes fundadores habían solicitado la celebración de una Misa solemne de acción de gracias, aduciendo: “La Santísima Virgen que se celebra es la Protectora de la Patria y a Ella han de dirigirse nuestros himnos”. El General San Martín puso en la Iglesia Matriz de Mendoza, el 5 de enero de 1817, previo acuerdo de una junta de generales, su bastón de mando en la mano derecha de la Virgen del Carmen, como símbolo del mando supremo de la Virgen sobre el Ejército de los Andes. Y en la víspera de la batalla de Chacabuco, O´Higgins y sus soldados reiteraron el juramento de Mendoza y proclamaron a “Nuestra Señora del Carmen Patrona y Generalísima de las Armas de Chile”. Para todos fue claro, el 16 de julio, a quién debían la victoria: “Desde lo alto del Carmelo se ha derramado la virtud de la fortaleza sobre los defensores de la Patria, sobre los hijos de la libertad que sostienen con las armas la que recibieron del cielo” (Gazeta de Santiago de Chile). La plegaria de los sindicatos de la Vega Central comienza así: “Virgen del Carmen, Estrella de Chile”. Y el 5 de mayo de 1869 los reclusos de la Penitenciaría de Santiago eligieron, con 361 votos de 495 posibles, a la Virgen del Carmen como Patrona del recinto carcelario. Estrella de nuestra bandera, María seguirá preludiando la victoria de la Luz y de la Vida.

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