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Evidencias sobre quién eres

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Todo aquello que haces evidencia quien eres. Esto me dijo hace años un compañero de curso en un programa de postgrado ante un informe sin mayor relevancia que debíamos entregar juntos. Esa postura, que se quedó conmigo hasta hoy, aplica de manera mucho más contundente a las inversiones: donde inviertes tu dinero evidencia quien eres.

Y es que nuestras inversiones no son un asunto menor. Son una manera muy concreta de expresar el tipo de sociedad que queremos construir. Muchos de nosotros nos formamos en escuelas de negocio en las que se nos enseñó que debíamos invertir de acuerdo a nuestro perfil de riesgo y en consecuencia buscar un rango de retornos probables, siempre en actividades lícitas, pero permaneciendo agnóstico al propósito o bien último de los activos de inversión. Esta postura la considero hoy "contra-ética" – palabra inexistente a la que recurro para enfatizar que es algo que de manera muy significativa atenta contra la ética del inversionista.

Situaciones contra-éticas se dan a diario. Recuerdo una persona que siendo abstemia invertía en una conocida empresa de bebidas alcohólicas. También conozco padres que activamente limitan el consumo de azúcar y harinas a sus niños, y sin embargo invierten en empresas de alimentos que trabajan principalmente con estos ingredientes. También hay ecologistas que invierten en empresas de energías fósiles, etc.

Pero mucho más interesantes son aquellos que logran que sus inversiones expresen su plena integridad. Aquellos que saben que donde eligen poner su dinero habla de quienes son como seres humanos. Aquellos que entienden que pueden gestionar su perfil de riesgo y diversificar sus inversiones, pero que estos enfoques sólo son valiosos y adquieren carácter ético cuando se aplican sobre conjuntos de activos que están en línea con nuestras creencias y anhelos para el mundo que deseamos dejar a quienes vienen detrás nuestro.

¿Cuál inversionista eres tú? ¿Qué mundo estás ayudando a crear? ¿Si muchos otros invirtiesen en lo mismo que tú, sería éste a la larga un mejor mundo o no? Si no te satisface alguna de tus respuestas, la solución es simple: cambia donde inviertes.

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