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Fondos: transparencia y confianza

Director Ejecutivo de PatagonLand Investment

Por: Jaime Iglesis | Publicado: Miércoles 26 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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La base de todo negocio es la confianza, y esto corre tanto para las inversiones compartidas entre socios como para un fondo privado o uno público perteneciente a una Administradora General de Fondos (AGF). La clave está en la entrega de información fidedigna y oportuna, manteniendo un canal de comunicación directo con el inversionista, que fortalezca un clima de transparencia.

Dado el actual escenario de desconfianza política y empresarial, es necesario cuestionarnos cómo los administradores de negocios trabajamos la relación con nuestros socios, inversionistas y aportantes, afinando los instrumentos de control interno, fiscalización y reporte.

En el caso de los fondos privados, la relación entre los actores debe ser lo más estrecha posible. Es fundamental que la administradora conozca de cerca las necesidades de los inversionistas, su perfil, expectativas de retorno, tolerancia al riesgo y capacidad de involucramiento.

Durante el desarrollo del negocio, la administradora debe hacer parte al inversionista en la toma decisiones clave para la estrategia de inversión, para que así éste conozca las implicancias y riesgos de la misma.

Al margen de la clase de activo que se transe, sea un bono de deuda de alguna empresa, una acción en bolsa, un desarrollo inmobiliario, un activo de renta inmobiliaria o commodities, sería iluso decir que no existen riesgos, por lo que los inversionistas deben estar informados y preparados, tanto para el mejor como para el peor escenario.

Es muy importante que los equipos humanos que están detrás de las inversiones sean capaces de responder eficazmente ante los problemas, generando soluciones concretas al momento de enfrentar un panorama desfavorable.

Con este objetivo, los administradores deben entregar información veraz, minimizando la brecha que se genera entre las expectativas del inversionista y la realidad. Esto permite que los actores visualicen los distintos panoramas.

Ahora, si bien es cierto que las AGF proporcionan un respaldo extra por el hecho de estar bajo la supervisión y regulación de la Superintendencia de Valores y Seguros, sería peligroso dar por sentado el éxito de un negocio solo por contar con una fiscalización robusta.

Creemos que, sean los retornos positivos o negativos, lo que debe prevalecer es una relación transparente y fluida donde la confianza sea el principal activo.

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