Franco Brzovic

Alguna esperanza

Por: Franco Brzovic | Publicado: Miércoles 29 de julio de 2015 a las 04:00 hrs.
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Tentadores para una columna son los variados temas tributarios que dan vuelta hoy día. La reforma de la reforma, la declaración de bienes en el exterior, opción que vence este fin de año y que equivocadamente se ha titulado en algunos medios como repatriación de capitales, y también la demora en procesos tributarios en que se argumentó la violación de los derechos humanos por esta causa, tesis acogida en un principio por las Cortes, hoy abandonada o corregida parcialmente.


De todos ellos, el más inminente pareciera ser la reforma de la reforma pues han aparecido voces del propio gobierno reconociendo errores y dificultades para implementarla. Pero más aún, hay quienes en esa misma heterogénea agrupación política han aceptado que, al menos, es un factor que ha dificultado el crecimiento.
La pregunta de fondo es porqué se diseñó un proyecto de esa naturaleza y que hoy es ley. La respuesta parece ser muy sencilla pues, nada más ni nada menos, se quiso estructurar un sistema de alza de impuestos y cambios de modalidades de tributación encaminada a un fin noble y necesario como era recaudar más impuestos para financiar la educación. Por muy loable que haya sido, los hechos han demostrado que el factor ideológico con una técnica compleja inspiró su creación. El descuido, ex profeso o no, al efecto en el crecimiento como asimismo el incremento de su complejidad con el denominado Protocolo de Acuerdo, firmado en el Congreso, y publicitado con la sonrisa de todos los integrantes de derechas, centros e izquierdas, aumentó su dificultad.


Pero la cuestión va más allá aún. Los argumentos para explicar la renta atribuida, pilar esencial de la reforma, pasaron por destrozar la imagen del FUT, lo que se logró emocional y publicitariamente. El diseño de la propuesta significaba eliminar ese "demonio" y generar un sistema que, obtenidas utilidades, cualquiera fuera su origen, la persona tendría que pagar impuestos sí o sí, independiente de sus retiros o distribuciones de utilidades. Pero el cuento salió al revés. En el proyecto se creó un sistema parcialmente integrado, en que el FUT se mantiene, digan lo que digan, para controlar las utilidades que se han reinvertido en la empresa. ¿Este es un demonito?


Pues bien, ahora veremos qué se comenta de la reforma. Algunos han pretendido explicar que a través de las Circulares, esto es la interpretación del Servicio de Impuestos Internos de la ley, podrían hacerse los ajustes del caso, desconociendo la naturaleza de dichas Circulares, que en ningún caso pueden ir más allá de la ley, lo que el Servicio rigurosamente ha respetado. Otros proponen modificar derechamente esas normas, para lo cual han surgido más que numerosas propuestas. Incluso un destacado profesional de la Nueva Mayoría ha opinado que uno de los dos sistemas tiene que morir: o el atribuido o parcialmente integrado. Si muere el atribuido, simplemente volvemos al FUT, lo que parecería lo más lógico, "digo yo".


Otros proponen tasas planas, bajar los impuestos a las empresas, limitar la renta atribuida a las Pymes, etc. Sin embargo, en mi opinión el enfoque es diferente. La pregunta es si con los controles adecuados ¿es necesario aumentar los impuestos a las empresas o bien el sistema tiene que contar con un diseño pro inversión y crecimiento y no paternalista? Resuelto esto, las respuestas técnicas no son difíciles de resolver y en su caso implementar.


Pero el asunto no termina ahí. Las normas anti elusión, copia exacta de la legislación española (qué poca imaginación), han generado una incertidumbre que pudiéramos calificar de grave. Las realidades en que se aplicarán son distintas y las opciones de planificaciones legítimas y apegadas a la ley pueden también ser objeto de reproches, con lo cual, los juicios tributarios tienen un seguro futuro, lápida para las Pymes en particular.


Pero también y finalmente habrá que hacerse otra pregunta. Si sabiendo que la ley es de difícil aplicación en su totalidad, y los privados, como el propio Servicio de Impuestos Internos han gastado ingentes sumas de dinero para capacitación, que dicho de paso solo podrá resolver el conocimiento pero no su compleja aplicación, por qué se optó por ese diseño. No raya esto en lo inconstitucional, pues entre otros hechos, solamente las Circulares tienen más de seiscientas páginas. ¿Qué será de las Pymes con este engorroso sistema?


Vea el lector sólo la realidad en el mundo desarrollado: tasas a la baja y sistemas simples, igual mayor recaudación. Nosotros al revés. ¿Habrá esperanzas de cambios?

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