Guillermo Tagle

Al Honorable Senado: no nos fallen con la LUF

Por: Guillermo Tagle | Publicado: Viernes 17 de mayo de 2013 a las 05:00 hrs.
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La Cámara de Diputados aprobó el proyecto de Ley Única de Fondos (conocida como LUF). Corresponde ahora al Senado de la República ratificar esta aprobación, para que Chile pueda dar un paso muy relevante y significativo en cuanto a modernización de su Mercado de Capitales y especialmente, poder exportar servicios financieros que finalmente nos permitan empezar a competir como centro financiero regional.

Hace más de 15 años que Chile ha venido intentando lograr esto, ha habido proyectos de ley, intentos del sector público y privado, eventos en Chile y el extranjero, pero poco se ha logrado hacer. El paso más significativo ocurrió en 2001, con el famoso proyecto MK1, que introdujo significativos avances y que sí logró un cambio importante. La facilidad administrativa y tributaria para que inversionistas institucionales de cualquier parte del mundo pudiesen participar en el mercado bursátil local, permitieron la llegada y registro de miles de fondos de inversión de todas partes del mundo, que hoy compran y venden acciones chilenas, que han permitido financiar el crecimiento de muchas empresas, aumentar la profundidad y el volumen transado en la bolsa. MK1 permitió internacionalizar y exportar nuestro mercado bursátil, pero sólo y exclusivamente el mercado bursátil.

Los mercados de deuda y administración de fondos permanecen aún como actividades locales con toda su gestión administrativa, de inversiones y comercial, restringida a clientes o inversionistas chilenos. No podemos hoy exportar, generar empleo, servicios y actividad económica en general, en una industria que es líder en América Latina, que tiene un marco regulatorio, un prestigio y una trayectoria que causa admiración en cualquier parte del mundo. 
La industria de servicios financieros debe ser una de las pocas actividades en Chile que está impedida de exportar sus servicios. Quienes nos dedicamos a administrar inversiones, a diferencia de lo que ocurre en cualquier ciudad de país desarrollado (como Nueva York, Boston, Londres, Edimburgo, Hong Kong), no podemos salir a buscar clientes fuera del territorio nacional, porque la regulación vigente pone barreras, administrativas y tributarias, que impiden abrir cuentas y prestar servicios de inversión a extranjeros.

Algunos mitos que pueden sostener quienes pudiesen estar en contra de la aprobación de la LUF, son los siguientes:
- Que no se puede aprobar un proyecto que rebaja impuestos, que pudiese afectar la recaudación fiscal: éste no es un proyecto tributario. Lo que modifica es referido a actividades que hoy no ocurren, que prácticamente no generan recaudación fiscal. Sólo se busca eliminar distorsiones y promover mayor actividad. El efecto neto debería ser de un incremento en la recaudación fiscal, por la mayor actividad y los beneficios que obtendrán quienes desarrollarán esta actividad.

- Que Chile estaría promoviendo convertirse en “paraíso fiscal”: nada más ajeno a la realidad. Exportar servicios financieros, de administración de inversiones, donde inversionistas extranjeros no tengan que pagar impuestos locales que aplican a los ciudadanos chilenos, no tiene nada que ver con las estructuras de mercado que aplican en los denominados “paraísos fiscales”, hoy en extinción.

- Que esto podría generar un influjo de capitales extranjeros y afectar al tipo de cambio: los fondos que se gestionen en Chile y se verían beneficiados con esta ley harán al menos el 80% de las inversiones fuera de Chile. Los recursos podrían pasar y ser administrados en cuentas desde Chile (cobrando comisiones y generando actividad), pero las inversiones serían mayoritariamente en activos extranjeros, lo que no afecta el flujo de divisas hacia el mercado doméstico.

Honorables senadores, de ustedes depende que esta ley sea aprobada. Efectivamente, por su complejidad o nivel de especialidad, no es una materia que vaya a ser de impacto o visibilidad política muy relevante. Sin embargo, su contribución al desarrollo de Chile será muy importante. Una actividad hoy regulatoriamente discriminada (impedida de exportar sus capacidades al extranjero, en un país que basa su modelo de desarrollo en exportaciones) se puede convertir en generador de empleo y de ingresos del exterior, que nos puedan defender y proteger si en algún momento se debilitan los mercados de materias primas como el cobre, del cual tanto dependemos hoy. Ustedes tienen la palabra.

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