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Hacia una reforma del presidencialismo

Tomás Jordán observatorio nueva constitución

Por: Tomás Jordán | Publicado: Martes 7 de diciembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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Tomás Jordán

La semana pasada los convencionales de la Comisión de Sistema Político expresaron sus posturas sobre el régimen político. Una mayoría relativa (10) se pronunció a favor de atenuar el presidencialismo, secundada por la opción parlamentaria (8). Si la política articula acuerdos, el resultado debería ser una propuesta que instituya modelo híbrido que equilibre Ejecutivo y Legislativo, ya sea un presidencialismo atenuado o algún tipo de semi-presidencialismo.

El cambio del híper-presidencialismo debe considerar ciertos elementos centrales, si no, seguiremos en una traba y bloqueo permanente entre Ejecutivo y Legislativo como ha sido la tónica en el actual periodo presidencial (Presidente con doble minoría).

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Primero que todo, se debe tomar una decisión constituyente sustancial y es si se quiere o no contar con un gobierno de mayorías. Se debe optar por un presidencialismo de mayorías que permita al Presidente llevar a cabo su programa (sea de derecha, centro o izquierda). La Constitución actual optó por no asegurar al Presidente una mayoría, sino que la minoría pueda contener los programas de gobierno. La política del jugador de veto.

Con la politóloga Pamela Figueroa y el economista Nicolás Eyzaguirre hemos propuesto avanzar hacia un presidencialismo parlamentarizado. Un modelo de equilibrios que permite que el (la) Presidente cuente con un Congreso colaborador y responsable. Para ello, el Presidente debe contar con una mayoría al entrar al Gobierno y durante su Gobierno. Para lo primero se propone una segunda vuelta en el Congreso que permita conciliar ambas mayorías, frente a la falsa ilusión real de mayoría que genera la segunda vuelta ciudadana. Si sigue se mantiene, la elección de parlamentarios debería ser aplazada a la francesa (Fontaine) y programática. Esta elección podría coincidir con la segunda vuelta electoral.

El(la) Presidente necesita un ejecutor de su política y es por ello que proponemos que el ministro del Interior sea el Jefe del gabinete y coordine la política del Gobierno. En un Gobierno de coalición, entendemos que éste será aquél que represente las fuerzas mayoritarias del Congreso.

Para la mantención de la mayoría se propone instituir la facultades por parte del Presidente de disolver el Congreso por una vez en los dos primeros años y que el Congreso pueda censurar al Gabinete. Esta es una atribución que existe en el modelo uruguayo y que opera como motivación para que el Presidente designe un gabinete mirando la mayoría en el Congreso y genera equilibrio entre poderes.

El Congreso es clave. Eliminar los supra-quórum, debe tener iniciativa de ley (salvo financiera), y poder entrar al gabinete, de modo que se genere una co-responsabilidad entre el Gobierno y sus parlamentarios. Proponemos un Congreso unicameral, a menos que la segunda cámara sea de representación territorial (regiones). Todo lo anterior no será posible si no se reforma el sistema de partidos. Hoy hay un multipartidismo extremo de liderazgos individualistas. Se requiere pasar a partidos fuertes, moderado en su número (5% de umbral de entrada), con democracia interna y mayor control y fiscalización.

Finalmente, hay que re-legitimar el sistema político. Es necesario instituir una nueva fórmula: Ejecutivo-Legislativo-ciudadanía. Para ello se deben incorporar instrumentos de democracia participativa, tales como iniciativa popular de ley, plebiscito para las principales reformas constitucionales y referendo derogatorio de leyes.

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