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HidroAysén: lecciones para el Laja

José Miguel Stegemeier Presidente, Sociedad Agrícola de Bío Bío AG

Por: | Publicado: Lunes 14 de julio de 2014 a las 05:00 hrs.
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El reciente rechazo del comité de ministros al proyecto HidroAysén deja lecciones relevantes para todos los sectores del mundo energético y agrícola, así como para las comunidades afectadas por iniciativas empresariales en las que el agua es un factor esencial.

Todos los analistas coinciden en que el proyecto HidroAysén no pudo concretarse no tanto por razones de carácter técnico o ambiental, sino que fundamentalmente por la falta de conexión de la empresa propietaria con la compleja realidad del entorno y la deficiente relación con las comunidades.

Esta misma realidad es aplicable al caso del Lago Laja, la principal reserva de agua dulce para riego y energía de la zona centro sur de Chile. En torno al recurso proveniente de esta fuente natural vivimos miles de agricultores, comerciantes, abastecedores, operadores turísticos y empresas relacionadas. Todos somos personas de trabajo, partidarios de la libre empresa y entendemos perfectamente los requerimientos que el país tiene en materia energética.

Sin embargo, podemos decir que por muchos años -demasiados quizás- hemos debido soportar una actitud de extrema indolencia por parte de Endesa hacia los derechos de los regantes, quienes somos el primer eslabón de la cadena de beneficiarios de las aguas del Lago Laja.

Hace sólo pocos meses atrás, Endesa interpuso acciones judiciales para impedir o dificultar la constitución de la Junta de Vigilancia del Río Laja acordada por todos los demás usuarios, organismo llamado a velar por el uso legítimo y racional de las aguas y cuya jurisdicción debe alcanzar íntegramente la cuenca, incluido el Lago Laja. Esto ha implicado que dicho lago esté hoy en niveles críticos, lo que no se explica únicamente por la sequía. Pareciera que no se ha aprendido la lección que deja HidroAysén.

Endesa actúa como un detractor de la comunidad, en vez de asumir que ningún proyecto hoy es viable sin una actitud de colaboración y valor compartido. Se asila en derechos adquiridos mientras fue una entidad estatal, en el año 1958, negando el mayor conocimiento que durante todas estas décadas ha generado la ciencia y la técnica, y que obligan al cuidado del agua, a compartirla y a ocuparla con criterio de sustentabilidad.

Como personas de trabajo, esperamos que Endesa haya aprendido las lecciones y su dirección superior fomente un cambio cultural sin el cual la situación de HidroAysén volverá a repetirse.

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