Columnistas

Histórica

Padre Raúl Hasbún

Por: Padre Raúl Hasbún | Publicado: Viernes 21 de julio de 2017 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

"Hoy es una mañana histórica...esta ley permite que seamos un país donde las mujeres, frente a tales situaciones, puedan tomar la mejor decisión posible". Palabras de una mujer que no fue abortada, estudió medicina para cuidar, sanar y salvar vidas en riesgo y como Presidenta de la República prometió observar la Constitución y las leyes que garantizan, prioritaria e igualitariamente, el derecho a la vida. Las pronunció horas después de una madrugada en que dos decenas de legisladores trasnochados, con aspecto, síntomas y reflejos propios de zombies automatizados y reavivados a punta de consomés, terminaron de aprobar por dos o tres votos un proyecto que la Presidenta impuso como de suma urgencia. ¿Urgencia para quién? Primaria y decisivamente para ella, comprometida hasta la obsesión con su documentado empecinamiento en "reducir la brecha entre la fecundidad real y la fecundidad deseada"; es decir, que los nacimientos reales coincidan ideal y finalmente con los nacimientos deseados. Nunca estuvo en su horizonte mental despenalizar la conducta abortiva en tres restrictivas causales. De lo que se trataba era de instalar el aborto como un derecho de la mujer, autorizándola a decidir cuándo y cómo desprenderse de un fardo indeseado y obstructivo de sus proyectos de autorrealización. Sus años de residencia en EEUU la obnubilaron con la imagen estatuaria de la Libertad, imponente señora que enarbola la luz pero no da a luz. Presentado el proyecto abortivo, la entonces Presidenta del Senado sinceró públicamente el objetivo final de su entorno político e ideológico: aborto sin restricciones. Las 3 causales son un cuento de niños aderezado para adultos que simulan actuar con la inocencia de niños y así justificar su impedirles nacer.

¿Por qué sería histórica esta decisión, consumada –contra toda prudencia y templanza- en estado de extenuación sicológica y fatiga racional? Primero porque es real y no fabulada: nuestros legisladores se disfrazaron de plebe del Circo Romano y les mostraron pulgar abajo a todos los futuros niños de Chile. Sus vidas dependerán de madres elevadas a la omnipotencia del César imperial. Y segundo, porque se homologarán al histórico faraón egipcio Ramsés II: 13 siglos antes de Cristo ordenó matar y arrojar al Nilo a todo niño hebreo varón. Eran un peligro para la seguridad nacional. Trece siglos antes de Cristo: ¿no son de entonces las momias? Igualmente histórica es la decisión del reyezuelo Herodes, quien aterrado por la conjetura de que el pequeño Jesús pudiera destronarlo ordenó asesinar a todo niño menor de 2 años residente en Belén. ¿Y no es histórica la decisión de Pilato de crucificar a Cristo a cambio del terrorista Barrabás, porque la gente lo pedía a gritos?

Triste, vergonzantemente históricos son los holocaustos genocidas. Algunos impuestos por la violencia de las armas. Otros, los peores, hipócritamente disfrazados de ley. De ley 007: licencia para matar.

Lo más leído