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Impulsar el emprendimiento de las mujeres

Gina Ocqueteau Directora Asociación de Emprendedores de Chile, ASECH

Por: Gina Ocqueteau | Publicado: Viernes 9 de octubre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Gina Ocqueteau

La pandemia del Covid ha traído consigo muchas pérdidas a nivel laboral, pero si hay un grupo que ha experimentado un serio retroceso es el emprendimiento femenino. Aunque en ASECH no podemos aún cuantificar el daño, sabemos que el impacto ha sido brutal.

La VI Encuesta de Microemprendimiento EME de 2019 reporta que el 38,6% de las personas micro emprendedoras son mujeres, es decir, 794.852 trabajadoras. Ellas no sólo emprenden en menor proporción que los hombres, sino que también presentan condiciones de mayor precariedad: el 89,9% lo hace por cuenta propia y el 57,3% de manera informal.

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Si a estas cifras les sumamos el impacto del coronavirus, junto con la pérdida de sus emprendimientos y negocios, muchas mujeres que se dedicaban a los rubros que se vieron mayormente afectados por la paralización de actividades (retail, comercio, turismo, servicios de comida y catering) debieron asumir tareas no remuneradas en el hogar ante la inexistencia de redes de apoyo.

La emprendedora cuyo negocio de almuerzos para oficinistas estaba creciendo a principios de año y planeaba extender el delivery a otras comunas, o la que había inaugurado recién su peluquería, debieron suspender sus planes, pero trabajar igualmente estos meses en otras labores: cuidando a sus hijos, abuelos, o realizando tareas domésticas ante la suspensión de salas cunas, colegios y servicios de asesoras del hogar. Mientras el emprendedor tuvo la capacidad -y la opción- de reinventarse usando la digitalización y el teletrabajo, la mujer debió dejar de lado sus ambiciones y proyectos.

Si bien el Gobierno ha impulsado medidas para fomentar el empleo y el emprendimiento, hoy casi un 60% de las mujeres no está ocupada ni en busca de empleo. Por eso, creemos que las medidas deben estar diseñadas para entregar a las mujeres los recursos y herramientas necesarias para mantenerse en el mercado. También es vital la labor del Grupo de Reactivación Económica del Consejo Covid-19, convocado por el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, organismo necesario para abarcar la problemática en su total complejidad. Entre las necesidades más urgentes destacan la aprobación del proyecto de ley de sala cuna para madres o padres trabajadores, además de fondos de apoyo al emprendimiento y re-emprendimiento femenino post pandemia.

Pero la normativa debe ir de la mano del apoyo de nuestra sociedad y aquí es donde todos podemos aportar: no se trata solo de felicitar y recomendar con los amigos a la emprendedora que hace malabares para salir adelante con su negocio de mascarillas, miel o alcohol gel en tiempos de pandemia. Debemos estar conscientes de que las leyes no sirven si no vienen a la par de un cambio cultural real, donde las mujeres tengan oportunidades de surgir y cuenten con el respaldo necesario para ello.

Ahora que se están adoptando medidas para regresar a los lugares de trabajo, es fundamental que las empresas cuenten con redes de apoyo para el cuidado de hijos y familiares. Los bancos también pueden cumplir un rol protagónico entregando tasas de interés preferenciales a emprendimientos liderados por mujeres. No se trata de asistencialismo, sino más bien de nivelar la cancha.

La gran pregunta hoy en día es si las mujeres que tenían un emprendimiento podrán reinsertarse laboralmente y tendrán las condiciones mínimas para hacerlo. Será difícil, pero confiamos en que este objetivo se puede alcanzar sumando esfuerzos para que el problema no se profundice. Es necesario sensibilizar para no seguir retrocediendo.

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