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IPoM | Haciendo proyecciones a la luz de una vela

lUIS EDUARDO ESCOBAR, Economista, Director del Centro de Estudios del Desarrollo.

Por: lUIS EDUARDO ESCOBAR | Publicado: Viernes 6 de diciembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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lUIS EDUARDO ESCOBAR

Los datos que presenta el IPoM de diciembre son contundentes. La economía chilena se contrajo de forma importante en octubre, lo más probable es que lo haga también en noviembre (ya hay datos que apuntan en esa dirección) y diciembre es incierto. El tipo de cambio saltó a un nivel inesperado y las condiciones de crédito se han estrechado. Además, no cabe esperar que la economía mundial nos rescate de esta situación.

El banco proyecta una leve recuperación de la actividad económica a partir de diciembre. Esto llevaría a que el crecimiento real de este año sea del orden del 1%, comparado con niveles esperados antes de la crisis del orden de 2%. Es decir, habremos dejado de producir unos US$ 2.900 millones en actividades de todo tipo, sin contar los daños a las instalaciones públicas y privadas.

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Los que participan de los estallidos sociales no están preocupados de los costos económicos de sus acciones, aunque se vean perjudicados directamente. Si uno creyera en Gary Becker, premio Nobel en economía, es un costo que están dispuestos a pagar para conseguir algo que consideran mejor.

Esto dificulta hacer proyecciones económicas, como lo repite el Banco Central en varias ocasiones. En términos técnicos, los parámetros de los modelos no aplican en esta situación porque cambió el comportamiento de los agentes económicos. El mejor indicador de esto es el salto del tipo de cambio nominal a $ 830/US$, antes de las intervenciones, un nivel que “no corresponde a sus fundamentos”.

El salto cambiario refleja un cambio en las preferencias de los gerentes de inversión de los fondos de inversión y las AFP, según el IPoM.

Lo que está implícito en esa decisión es que el salto cambiario llegó aquí para quedarse ya que, si cae, habrán hecho una pérdida para sus clientes. Este es un elemento central de las expectativas que condicionarán el comportamiento económico para 2020.

En este IPoM, por tanto, las proyecciones están sujetas a incertidumbre. Cabe recordar que la diferencia entre incertidumbre y riesgo es que este último ocurre en torno a una distribución estadística conocida -es decir, conocemos la varianza- y en la primera no sabemos cuál es esa distribución, por lo tanto, todas las decisiones son “a ciegas” o, en el mejor de los casos, a la luz de una vela. En palabras del IPoM, la economía chilena “dado el origen de la incertidumbre, su reducción depende de que se generen acuerdos transversales entre distintos actores sociales”.

Por eso, las proyecciones del banco deben ser tomadas con suma cautela y evaluando cuidadosamente los supuestos, en particular los relativos a la demanda interna, consumo e inversión. Si el conflicto social continúa, las proyecciones del IPoM habrán sido muy optimistas y los gerentes de inversión habrán tenido razón. Si se generan los acuerdos transversales a los que se refiere el banco, puede que las proyecciones resulten pesimistas: la economía se podría recuperar más rápido y los gerentes de inversión habrían hecho una mala apuesta. Ojalá que la vela del Banco Central haya alumbrado bien sus proyecciones.

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