Javier Zabala

Prepararse para (y gestionar durante) este bache

Javier Zabala Luminis Consejeros

Por: Javier Zabala | Publicado: Miércoles 23 de octubre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Los eventos de los últimos días indican un posible rebaraje de la forma de distribuir la riqueza en Chile, que algunos economistas opinan le puede costar un punto al crecimiento de octubre, dejando a 2019 bajo el 2%, y deprimiendo el de 2020 a cifras aún no cuantificadas. En este escenario de crisis, usted puede estarse preguntando, “¿cómo me preparo, y cómo gestiono mi empresa durante su desarrollo?”

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Lo primero será desarrollar habilidades duales: tácticas para enfrentar el desafío de corto plazo, y estratégicas para posicionar la empresa para después. Y tener aguante para cosechar lo que se siembre. En efecto, estudios de McKinsey indican que el 13% de las empresas más resilientes durante crisis anteriores se destacaron sólo un poco antes y durante la crisis, pero luego se adelantaron claramente durante la recuperación, y luego mostraron el doble de retorno a la inversión en la post-recuperación.

Entre las medidas numéricas de más corto plazo, los gerentes de las empresas más exitosas se enfocaron proactivamente en reducir deuda o seleccionar en qué desinvertir, para generar caja y destinarla a iniciativas de futuro. Y también en reducir costos rápidamente, para proteger sus márgenes en un ambiente de ventas estancadas o declinantes. Las empresas menos exitosas simplemente se demoraron más en aumentar su productividad.

Aún cuando el camino de salida aún estaba difuso, lo que diferenció a las empresas resilientes es que durante las crisis aumentaban sus esfuerzos en pos de las tendencias de largo plazo que el mercado en ese momento identificaba como ganadoras. Hoy esas tendencias de futuro incluyen lo digital, lo online, y la automatización.

Probablemente un aspecto nuevo a considerar es que, en el proceso, las empresas más exitosas también deberán mirar con mucho más cuidado su clima interno y el de su entorno. Por ejemplo, aunque los despidos posibles que estas tendencias posibilitarán sean amparados por la ley —como el reciente fallo de la corte de Apelaciones de Valdivia, que justificó una desvinculación por automatización como una necesidad de la empresa—, la organización resiliente de hoy tendrá que hacerse cargo de re-entrenar al mayor número posible de trabajadores, para poder contar con la mayor cantidad —y la mejor predisposición (de ellos y de su entorno social)— para la recuperación.

Amenazas como la actual también permiten sacudir la inercia organizacional y conformar los mejores equipos gerenciales, pues ponen en el mercado a talento experimentado, o aumentan la disposición de ejecutivos clave a cambiarse a empresas más prometedoras.

Al final, los lideres que no gestionan solamente para la crisis, sino que gestionan para el bache —siendo conscientes de que incluso los más dramáticos duran uno o dos años—, son capaces de crear un clima comparativamente atractivo y aquilatado, que ayuda a resistir el bajón de los resultados, y mantener alta la moral organizacional mostrando cómo el conjunto de medidas es para estar preparados para la recuperación y el crecimiento.

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