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La carreta tributaria antes que los bueyes

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Por: Jorge Hermann | Publicado: Jueves 14 de marzo de 2019 a las 04:00 hrs.
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Un intenso debate ha acontecido entre el gobierno y los parlamentarios de oposición en torno al proyecto de ley sobre modernización tributaria. En un afán por ponerle presión a la tramitación legislativa, la oposición le exige al Ejecutivo firmar un protocolo de acuerdo sobre modificaciones de fondo al proyecto en materias como nuevas compensaciones a la integración, limitar el IVA a la construcción, mejorar el 14 ter Pyme y eliminar la norma antielusión, entre otras.

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Básicamente, lo que pretende la oposición es aprobar la idea de legislar previo protocolo de acuerdo con el gobierno. En términos simples, se está poniendo la carreta antes de los bueyes, porque implícitamente se busca primero analizar el proyecto en particular, en vez de en general.

Habitualmente, cuando un proyecto ingresa a una comisión debe ser analizado en discusión general para aprobarlo o rechazarlo en su totalidad en relación a sus ideas fundamentales, que en el caso tributario son equidad y justicia, simplicidad de las normas y procesos, y certeza y seguridad jurídica, principalmente.

Luego, una vez aprobada la idea de legislar en la comisión, el proyecto es informado a la Cámara de Diputados para que reafirme o no la decisión tomada por ésta. Si la Cámara rechaza la idea de legislar el proyecto sólo puede ser ingresado nuevamente al Congreso un año después –elemento de negociación de la Oposición-, mientras que si es aprobado se procede a la discusión en particular para modificar la forma o fondo del proyecto.

Dado que las fuerzas políticas están desperdigadas y la mayoría parlamentaria de 6 votos es mínima, los parlamentarios de oposición ven que presionar por el protocolo de acuerdo antes de votar la idea de legislar es el momento crucial para modificar el proyecto, porque después en lo que sigue de la tramitación legislativa cualquier cosa puede suceder en la Cámara.

Ahora bien, este proyecto debe ser aprobado en discusión general, porque su contenido es pro pyme, dado que se hace cargo de una realidad evidente: el fracaso del actual régimen 14 ter que, más que ayudar, limitaba el avance de la pyme. Prueba de ello es que tan sólo 219 mil pymes se acogieron dentro del grupo potencial de 909 mil empresas con ventas hasta 50.000 UF anuales.

Más allá de que algunos crean erróneamente que la propuesta del gobierno no resuelve el problema de las pymes, ésta si lo hace bastante, porque se hace cargo de que 150 mil de ellas se acogieron al sistema semi-integrado con una tasa de impuesto corporativo del 27%, en vez de 25% del sistema atribuido. A su vez, soluciona el inconveniente de que el régimen 14 ter obliga a eliminar el fondo de utilidades tributables y a pagar por el retiro, es engorroso volver a la contabilidad completa cuando crece la empresa (inventario y activos) y existen las inentendibles circulares 20 y 43 del año 2016 sobre su aplicación.

Por último, sugiero admitir que la contabilidad completa y simplificada coexistan para que cada pyme elija libremente, permitir no pagar impuesto corporativo en el primer año del negocio, incorporar el no pago de PPM cuando el dueño no paga impuesto personal, eliminar la renta presunta, y analizar un incentivo tributario para las inversiones de capital de riesgo, como en Australia y el Reino Unido.

Por lo tanto, la modernización tributaria es una oportunidad única de impulsar el emprendimiento y potenciar el fomento productivo de las pymes, que generan cerca del 60% del empleo del país.

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