José Manuel Silva

¿2013, otro año para olvidar?

Por: José Manuel Silva | Publicado: Miércoles 21 de noviembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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A pesar de que el año que se nos va ha sido bueno para la economía chilena y para muchos activos de inversión, el comportamiento de la economía global ha sido mediocre. Esto se ha traducido en una gran volatilidad interanual de estos mismos activos, en especial en los meses que la crisis europea mostró su real magnitud. En pesos, son muy pocos los activos que muestran una rentabilidad ajustada por riesgo interesante.



Lo anterior es consecuencia de la gran crisis financiera que el mundo desarrollado experimentó a contar de 2008. En estas mismas columnas hemos señalado que existe vasta experiencia empírica que muestra cómo las crisis financieras desencadenadas por endeudamiento excesivo y que gatillan quiebras bancarias, suelen producir reactivaciones mediocres. A su vez, estas reactivaciones suelen tener menor duración y los países afectados están más propensos a recaer en recesión.

El proceso de desendeudamiento que se inició en los países que habían tenido grandes déficits de cuenta corriente en los años previos a la crisis (EEUU, Inglaterra, Irlanda, España) sigue su curso. Estos países hoy muestran cuentas corrientes con pequeños déficits e incluso superávits. Ello fruto del fuerte ajuste recesivo por parte del sector privado, especialmente los hogares y la inversión de las empresas. Para evitar que sus economías cayeran en depresión, sus gobiernos han tenido que asumir fuertes déficits fiscales y su endeudamiento fiscal como porcentaje del PGB se acerca o sobrepasa el fatídico 100%. A ello se suma una gran deuda previsional no reconocida y compromisos de atención de salud que se hacen especialmente onerosos al envejecer la población.

El gran ajuste en cuenta corriente en los países otrora “gastadores” ha comenzado a mermar el comportamiento de aquellos países “ahorradores-productores” (Alemania, norte de Europa, China, Asia emergente). China se ha visto especialmente complicada dado que sus principales mercados de exportación se han frenado bruscamente. Para contrarestar aquello, tuvo que poner en marcha un vasto plan de inversión que llevó la participación de ésta en el PGB a casi 50%, algo insostenible en el tiempo. China necesita urgentemente reequilibrar su economía, lo que pasa por aumentar el porcentaje que representa el consumo en el PGB. Esto, a su vez, exige realizar dolorosas reformas “micro” que seguramente herirán intereses creados de líderes del partido.

Este es sin duda uno de los grandes desafíos que tendrá que sortear la economía global en 2013. La transición económica que debe hacer China no es fácil y existe una probabilidad que ella desencadene una turbulencia de corto plazo aunque uno siga apostando por su ascenso en el mediano y largo plazo.

Otro gran desafío para 2013 lo tienen los países del G-7 y su necesidad de disminuir los déficits fiscales para evitar la “huelga de los bonistas” que ha aquejado a España. En la práctica, la intervención del Banco Central Europeo (BCE) en julio se gatilló cuando los mercados de bonos rehusaron seguir comprando bonos españoles e italianos a tasas que permitieran la sustentabilidad de mediano y largo plazo de los fiscos de dichos países. Si ello ocurriera con los bonos de Francia o Estados Unidos, la crisis escalaría a otras dimensiones. Dado lo anterior, es necesario un cierto grado de austeridad de los fiscos, ello redundará en un menor crecimiento, dado que los sectores privados siguen pagando deudas.

Las últimas cifras de actividad económica en Europa muestran que la recesión sigue agravándose y que ya afecta a Alemania. Esto permitirá al BCE mantener una política monetaria laxa y devaluar el euro, sin embargo, la gran duda es hasta cuando aguantarán las poblaciones europeas este severísimo ajuste que no tiene una perspectiva de terminar luego. Como ya lo señaló The Economist, las bases de la economía francesa, son mucho más débiles que lo pensado. Su deuda fiscal ha pasado de 30% del PGB, a comienzos de la era Mitterrand, a 90%. Esa cifra no puede seguir aumentando si Francia desea permanecer en la zona Euro.

El desafío chino y la recesión europea marcarán la agenda de 2013. Estados Unidos tendrá algún grado de ajuste fiscal pero por ahora sus problemas no se equiparan a los del viejo continente. La crisis de éste volverá a penarnos, en especial si la locomotora china baja fuertemente sus revoluciones.

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