José Manuel Silva

Grecia, de nuevo

Hace ya un año, en este mismo mes, Europa se sumía en una fuerte incertidumbre...

Por: José Manuel Silva | Publicado: Miércoles 11 de mayo de 2011 a las 05:00 hrs.
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Hace ya un año, en este mismo mes, Europa se sumía en una fuerte incertidumbre al hacerse patente la virtual “quiebra” de Grecia. En ese entonces, la Comunidad Europea creó un mecanismo de ayuda financiera a países en problemas por 440 mil millones de euros. Adicionalmente, el país heleno firmó un programa de ajuste con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Un año después, el déficit fiscal de Grecia ha disminuido a “sólo” 10, 5% del PGB (era 15,5% cuando partió la crisis). La deuda como porcentaje del PGB ya llega a 155%. Se esperaba que el déficit llegase a 8,1%, pero el ajuste deflacionario sin devaluación ha contribuido a erosionar la recaudación fiscal y ha hecho caer el producto. A fines de 2011, el país habrá sufrido dos años consecutivos de contracción económica. Los sindicatos griegos han logrado parar parte de la reestructuración del estado griego, la que incluye privatizaciones.



A raíz de lo anterior, el mercado ha seguido castigando los bonos soberanos de Grecia. La clasificadora de riesgo Standard and Poor’s bajó la clasificación del país a B (desde BB-). De esta manera, los 320 mil millones de euros de deuda soberana griega valen hoy un 40% menos (una pérdida no reconocida aún de 120 mil millones). El problema es que según el plan original de hace un año, Grecia debía acudir a los mercados privados de deuda para refinanciar vencimientos por cerca de 50 mil millones entre los años 2012 y 2013. Esto hoy parece imposible, la tasa de mercado de un bono del gobierno griego a 2 años es de 25%. Cada vez se hace más evidente que Europa deberá renegociar el paquete financiero de Grecia y que tarde o temprano ocurrirá una “quita” a los tenedores de bonos.

“Esto es igual que Argentina, pero sin petróleo, gas, las mejores tierras agrícolas del mundo y sin moneda propia”, señala un lector del Financial Times en su blog. Bancos privados europeos tienen en sus balances cerca de 50 mil millones de euros en bonos soberanos griegos. La exposición total de estos bancos a Grecia es de 165 mil millones. Siendo los bancos franceses y los alemanes los más expuestos. A su vez, los bancos privados griegos poseen cerca de 50 mil millones en bonos de su gobierno. Paralelamente, el banco central europeo tiene una exposición de 194 mil millones a Grecia. Es cierto que “sólo” ha desembolsado 131 mil millones para adquirir estos papeles griegos, ya que muchos los ha comprado con descuento. Podría entonces “aguantar” una quita del 32% .

Todas la cifras antes mencionadas vienen a subrayar la magnitud de la crisis europea que el mercado parece querer ignorar a la luz de la revaluación del euro en los últimos meses. También muestran lo que más de un economista ha señalado: Europa no es un área monetaria óptima, como Estados Unidos, dado que la movilidad del trabajo y del capital son muy imperfectas. Cada vez se hace más patente que la creación del euro provocó una burbuja crediticia en aquellos países que se vieron beneficiados por una aparente caída del riesgo país. Durante años, luego de la creación de la moneda única, los spreads de riesgo entre países convergieron, haciendo creer incorrectamente que Grecia, Portugal o España eran lo mismo que Alemania. Ello provocó un boom inmobiliario apalancado en España y también ayudó a más de un Estado a postergar necesarios ajustes acudiendo a deuda barata. Hoy, el castillo de naipes se derrumba y podría arrastrar a la banca europea.

Las consecuencias políticas de este fracaso son insospechadas. Los electores del norte de Europa parecen estar perdiendo la paciencia de rescatar a sus socios de la periferia. Cualquier cambio político puede desatar un incendio financiero en la banca europea. Al actual precio del euro, éste parece ser una venta. Este sería mi consejo a quienes tienen reservas en dicha moneda, entre otros nuestro banco central. ¿Por qué cambiarlos? Por una combinación de yuanes, dólares canadienses, coronas suecas, noruegas y danesas, y un poco de oro, incluso a estos precios.

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