Kathleen Barclay

Gobierno corporativo: rol fundamental

Por: Kathleen Barclay | Publicado: Martes 31 de marzo de 2015 a las 04:00 hrs.
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Durante los últimos meses, las noticias nos han mostrado de manera muy destacada denuncias de irregularidades en algunas empresas y en el mundo político, las cuales también han inundado las redes sociales. Ha sido tema obligado en reuniones y almuerzos, lo que ha llevado a un juicio público.


Sin minimizar la gravedad y alcance de los hechos denunciados y que hoy ya están en manos de la justicia, quisiera reflexionar sobre diversas aristas que se relacionan a esta situación. Me llama positivamente la atención el alcance y cuestionamiento de los chilenos hacia estos hechos, lo que demuestra el nivel de desarrollo logrado por esta sociedad, ya que al ser detectadas estas irregularidades, son inmediatamente cuestionadas y rechazadas, no sólo desde los líderes políticos y sociales, sino que también por parte de la opinión pública. Sin embargo, es importante no llegar a un nivel de cuestionamiento tan amplio que se pierda la confianza en las instituciones, que han sido pilares fundamentales en el desarrollo de Chile.


En este sentido, los empresarios y ejecutivos tienen la responsabilidad de seguir generando valor para la economía nacional de manera ética y transparente, y deben velar por que el trabajo correcto y arduo de millones de chilenos sea reconocido y validado. Asimismo, las situaciones irregulares deben ser denunciadas y condenadas con valentía y coraje.


Conociendo como funcionan las instituciones en este país, puedo decir que estos casos son excepciones y también ocurren en países tan desarrollados como Estados Unidos, nación que tiene gran experiencia en la regulación del sector privado y su interacción con el público, así como de los gobiernos corporativos de las empresas.


Incluso el cientista político estadounidense Francis Fukuyama, quien estuvo de visita en el país la semana pasada, tomó esta postura. Él destacó el funcionamiento de las instituciones chilenas, los medios de comunicación y los tribunales de justicia al expresar que éstas han hecho bien su trabajo de fiscalizar a las personas involucradas en delitos como la corrupción.


Otra variable que me parece importante revisar es el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional de diciembre de 2014. Chile lidera entre los países sudamericanos junto a Uruguay en el lugar 21, detrás de Estados Unidos, Irlanda y Hong Kong; naciones que ocupan el lugar 17. Este ranking permite poner en perspectiva las noticias que vemos hoy en Chile y mirarnos en el escenario mundial.


En esta reflexión en torno a estas irregularidades debemos considerar otra variable, la sanción. Ésta es tanto judicial como social, y si son ejemplarizadoras se transforman en un importante factor disuasivo, que desincentiva acciones ilegales, tanto en el sector público como en el privado. Por ello, tiene sentido lo que ocurre hoy en Chile y tiene un componente positivo para el desarrollo de la cultura cívica nacional.


Asimismo, es importante que la legislación y su aplicación también evolucione. Hace cinco años, a raíz de otros bullados casos, se modificaron algunas normas con el objeto de incrementar los estándares y la eficacia de los gobiernos corporativos. Esto refleja que desde hace ya hace algunos años es un tópico relevante para las autoridades nacionales.


Entendiendo la importancia de este tema para la competitividad del país es que el Comité de Capital Humano de la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio, AmCham Chile, definió que el gobierno corporativo sería uno de sus ejes de trabajo durante el año pasado, lineamiento que seguirá abordando durante 2015. Adicionalmente, este año el mencionado comité trabajará temas relacionados con buenas prácticas y productividad del capital humano, así como la reforma laboral. Otra muestra de la preocupación de AmCham por este tópico es que hace casi dos años modernizamos sus estatutos para redefinir las roles y responsabilidades de sus directores y de su gerente general, buscando un mejor accountability.


Quiero hacer extensiva esta preocupación, ya que la pérdida de confianza de la ciudadanía en sus instituciones es una situación de extrema gravedad, pues afecta las iniciativas privadas y el emprendimiento, y con ello la competitividad y el futuro del país. Ahora el desafío es recomponer esas confianzas, lo cual requiere del compromiso de todos.

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