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La colaboración es una fuente de valor para la sociedad

Raúl Frías, socio director de Symnetics

Por: | Publicado: Martes 8 de agosto de 2017 a las 04:00 hrs.
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¿Son suficientes esfuerzos particulares o puntuales? ¿O necesitaremos esfuerzos macros?

Con ocasión del III Congreso Estrategia y Colaboración organizado por Symnetics y Diario Financiero, pudimos escuchar logros, propósitos, experiencias que nos llenan de entusiasmo y satisfacción. Pero en la jornada hubo algo distinto, un mecanismo de participación donde los asistentes podían aportar su propia visión a través de tarjetas, respecto a qué factores eran críticos para pensar en la colaboración como un elemento valioso.

Las centenares de tarjetas fueron armando un conjunto, capaz de comenzar a resolver las preguntas que nos planteamos al principio. De todas las posibilidades que dio esta co-creacion, me detengo en dos factores fundacionales para dar respuestas a nuestras interrogantes. Me refiero, a la necesidad de construir propósitos comunes y a la necesidad de generar confianza.

Lo que más me llamó la atención de estos factores, es que las tarjetas mayoritariamente hacían hincapié en que debían construirse con el otro, entre los distintos, entre aquellos que justamente es difícil pensar que sus fines puedan ser comunes y que solo por ello esta sería una fuente de desconfianza. Y es aquí donde me preguntaba si aquellas iniciativas que hoy vemos que nacen y que dan valiosos aportes a la sociedad, son suficientes para generar espacios de colaboración, construir propósitos comunes y confianza entre grupos realmente diferentes. Mi respuesta es que no, a pesar de lo deseable y apreciables que esos proyectos puedan ser.

Ahora, cuando pienso en que la respuesta es que necesitamos encontrar coincidencias en el propósito para que esto sea considerado “el bien común”, corro el riesgo de estar hablando, más que de una utopía movilizadora, de una fantasía que nos desmotive.

Sin embargo, si los líderes de la sociedad no hacen esfuerzos en esa dirección, estaremos atrapados en modelos que reemplazan al anterior, el cual sin aprendizaje será utilizado en un futuro ciclo. Es así que por más que podamos generar ecosistemas colaborativos entre los intereses comunes, estos no necesariamente servirán para que la sociedad se reconozca en un mismo propósito y tenga la confianza de que se puede construir a pesar de las diferencias.

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