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La columna de J.J.Jinks: Misión imposible

Por: J.J. Jinks | Publicado: Sábado 24 de octubre de 2020 a las 21:00 hrs.
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J.J. Jinks

Algunos fueron más allá sosteniendo que serían los propios manifestantes pacíficos quienes controlarían a los posibles violentos. El buenismo no duró mucho pues a las pocas horas nos tocó ser espectadores de lucha entre barras bravas, asalto a locales comerciales, ataque a comisarías e incendio de dos iglesias. Una desgracia total.

Sin duda, la instrucción que recibió ese día carabineros fue mantenerse alejado de los puntos de mayor concentración de personas y el resultado quedó a la vista. Inmediatamente surgió la crítica al gobierno sobre la falta de decisión para mantener el orden público.

Hace un par de semanas las críticas venían del otro lado luego de que la represión de manifestaciones violentas terminara con un joven de dieciséis años cayendo al río luego de un forcejeo con un carabinero. Acusación constitucional contra el Ministro del Interior y exigencia de renuncia del Director General de Carabineros fue la reacción de la oposición frente al desgraciado hecho.

El NY Post publicó en medio de la agitada campaña presidencial estadounidense una exclusiva donde Hunter Biden, el hijo cacho de Joe arreglaba años atrás una reunión en Ucrania para su padre con la empresa de energía Burisma donde Hunter fue parte del directorio y que se vio envuelta en un serio caso de corrupción. Rápidamente, se supo que quien pasó el disco duro con los mails al NY Post fue Rudy Giuliani, abogado y consiglieri de Trump. Mmmm.

Facebook y Twitter, curados de espanto con las fuertes críticas recibidas post elección en el 2016 ante su inacción frente a la intervención rusa y la diseminación de noticias falsas decidieron actuar. Facebook modificando el algoritmo mágico para que la difusión de la noticia fuese más lenta y Twitter en una actitud más radical impidió en un inicio que se pudiera linkear la noticia, retuitearla y enviarla vía mensaje directo. Los demócratas aliviados, los republicanos indignados.

De Trump para abajo salieron diciendo de todo, que atentaban contra la primera enmienda, censuradores, partisanos y lo que a usted se le ocurra. La noticia, por supuesto, circula igual pero sin los efectos devastadores que tuvo por ejemplo la filtración de los mails de la convención demócrata en la fallida campaña de Hillary.

No fueron solo los partidarios de Trump los preocupados frente a las acciones proactivas tomadas por las redes sociales, hubo varios periodistas norteamericanos que expresaron razonablemente su preocupación frente a este nuevo filtro que aparece entre la prensa y el gran público. Otros en cambio les recordaban que ellos mismo eran los que se espantaban con la proliferación de noticias falsas en Twitter y Facebook.

Al parecer, parte de la modernidad será acostumbrarnos a que hay problemas como la violencia deliberada o la diseminación de falsedades que no tienen solución con la caja de herramientas que contamos y que no depende simplemente de la voluntad o de la capacidad de gestión. Puede ser triste aceptarlo, pero hacerlo parece un paso imprescindible.

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