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La confrontación ya comenzó ¿Qué debemos hacer?

Rodolfo Vilches Socio y fundador de Velasco, Rioseco & Asociados

Por: Rodolfo Vilches | Publicado: Martes 3 de abril de 2018 a las 04:00 hrs.
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Rodolfo Vilches

La confrontación ya comenzó y EEUU ha dado los primeros disparos. En este marco de ofensiva comercial, los sectores afectados pueden ir desde bienes, servicios, inversión, entre otros, afectando a consumidores, empresas y el mercado financiero. En lo inicial, existirán efectos negativos sobre las expectativas de crecimiento económico de los países participantes y por qué no, de sus socios comerciales, dañando la adquisición y suministro global de bienes.

Hasta ahora, los efectos de este inicio de guerra comercial aún son marginales y las consecuencias han sido limitadas. En este escenario, las medidas insinuadas por China parecieran ser moderadas en comparación a lo hecho por EEUU, lo que da luces de que China aún tiene algo que decir. Pero en esta nueva atmósfera mundial incierta ¿qué debemos hacer?

Lo primero que debemos tener claro, es que, dada la estructura económica de Chile, abierta al mundo, con una red de 26 acuerdos comerciales con 64 países, y fuertemente dependiente de sus exportaciones, particularmente cobre, entre ellos a las principales potencias globales como EEUU, China y la UE, Chile siempre estará sujeto directa o indirectamente a los vaivenes y acontecimientos en materia comercial que se susciten. Así, una guerra comercial entre China y EEUU no es sólo un asunto entre estos dos países.

Teniendo en mente lo anterior, y el actual contexto comercial internacional, debemos enfrentar la situación pensando en varios desafíos. Primero, y dado del reordenamiento de la oferta de aquellos productos que buscarán nuevos mercados, examinar los mecanismos que protejan a los productores nacionales. Segundo, monitorear los efectos en productos nacionales que importen y utilicen insumos desde estos países y que se hayan visto encarecidos. Tercero, seguimiento a productos de exportación que pudiesen ser sujeto de estos nuevos aranceles, donde el trabajo público-privado será fundamental para identificar nuevos mercados sobre los cuales poder re direccionar la oferta dichos productos a través del acceso privilegiado de nuestra red de acuerdos comerciales.

Pero el actual escenario también podría generar nuevas oportunidades, requiriendo para ello un estrecho trabajo público-privado, identificando aquellos productos específicos que se vean encarecidos en determinados mercados y sobre los cuales Chile podría potencialmente abastecer la demanda, incrementando y mejorando su presencia en ellos. Sin embargo, más allá de lo beneficioso que esto último pareciera, debemos tener claro que las oportunidades que pueda crear un escenario de conflicto, nunca compensarán la pérdida de dinamismo mundial que esto también genera.

Finalmente, cuando EEUU renuncia al TPP11, el Reino Unido ad-portas de abandonar la UE, eventualmente, en el comienzo de una guerra comercial y la integración económica pareciera estar en crisis, un escenario comercial beligerante abre las puertas a una reestructuración de las relaciones comerciales, donde Chile debe hacer uso de aquellos instrumentos de política comercial que ha firmado por años.

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