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La gran empresa no va a salvar la innovación (disruptiva)

Tadashi Takaoka Gerente de Emprendimiento de Corfo

Por: Tadashi Takaoka | Publicado: Viernes 14 de diciembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Tadashi Takaoka

Déjenme partir pidiendo disculpas por un título tan agresivo, pero quiero explicar por qué realmente creo en él.

Vi empresas creando sus áreas de innovación y luchando por generar el próximo negocio del “billón” de dólares. Esa misma historia se ha repetido en grandes empresas en todo el mundo. La innovación, desde que se volvió un tema, ha sido buscada por los mejores CEO de las más grandes compañías.

¿Cuáles son los casos de éxito de intraemprendimiento? Pueden googlear algunos muy reconocidos, como la invención del post it o como el intraemprendedor de Sony que luchó por sacar adelante la primera versión de PlayStation. Sin embargo, las innovaciones realmente disruptivas rara vez son una historia endógena en una gran compañía.

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Lo cierto es que aquellas tecnologías y soluciones que transformaron industrias vienen principalmente de startups —o emprendimientos dinámicos, como se les conoce en español—, con emprendedores obsesionados no sólo con crear una solución definitiva a un problema que consideraban mal resuelto, sino que además quieren crecer y conquistar el mundo.

La idea de esta columna no es llamar a una “caza de brujas” contra las grandes empresas. Para ser franco, creo que son contados con los dedos de una mano aquellos que podrían siquiera acercarse a una innovación disruptiva desde las grandes empresas, pero también quiero explicar por qué.

Cuando tomas una empresa o un área como gerente, a lo primero que apelarás es a revisar el proceso y a hacer mejoras. Eso se llama innovación operacional. A lo más, crearás nuevos productos o servicios basado en lo existente. Eso se llama innovación sustentable: una mejora o conjunción de productos o servicios que ya se encuentran en el mercado.

Pero rara vez ocurre una innovación disruptiva. Requiere mucho dinero y tiempo (además de fracasos) para generarse. Y esa es una apuesta siempre peligrosa para un CEO que debe rendir cuentas a un directorio. Para qué hablar de I+D. Chile no ha sido la excepción a este fenómeno, donde las grandes empresas parecen hacer una constante mejora de sus productos o servicios, pero nadie realmente transforma el mercado desde adentro.

¿Es mi punto que la innovación en la gran empresa no tiene sentido? Por supuesto que no. Son importantes los esfuerzos de las áreas de innovación de las grandes compañías. Es importante que realicen proyectos de innovación que tienen impacto en el mercado y que alimentan la fe en hacer las cosas de forma distinta para crear valor. Y, sobre todo, es importante que los ejecutivos entiendan que la cultura de innovación no es juntarse a “tirar ideas creativas” o que las áreas de innovación sean un apéndice independiente del resto de las áreas.

Dicho esto, es imposible replicar en una gran empresa el grado de innovación que se produce en una startup. No intenten replicarlo, no intenten copiar la tecnología con su equipo interno, no los traten como proveedores. Sillicon Valley se dio cuenta hace tiempo de ello y cambiaron su forma de ver la innovación disruptiva. Un experto del área de innovación de una gran compañía no sólo trabaja en un proyecto interno, sino que ha “afinado su ojo” para reconocer qué startups pueden ser adquiridas y ahorrar años de I+D y desarrollo de tecnología dentro de la compañía.

En Chile ya hemos visto un primer vistazo a través de la adquisición de Cornershop por parte de Walmart. Mi deseo más ferviente es que sea el inicio de una nueva era para nuestro país, en que grandes compañías y startups puedan crear el futuro en conjunto.

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