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La hora de las empresas

Fernanda Hurtado Gerenta general de Fundación Generación Empresarial

Por: Fernanda Hurtado | Publicado: Viernes 23 de abril de 2021 a las 04:00 hrs.
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Fernanda Hurtado

El ambiente de convulsión política ha generado una enorme confusión en la ciudadanía, con autoridades que, valiéndose de la trágica situación económico-sanitaria actual, hacen llamados a saltarse la institucionalidad vigente por causas que ellos catalogan como “justas”. En este contexto cuesta encontrar orientación razonable y con una mirada de largo plazo.

En paralelo, las empresas han constatado que su ámbito de influencia va más allá de la generación de utilidades para los accionistas y hoy se les exige desempeñar un rol social ampliado. Unos cinco millones de personas trabajan en el sector privado, por lo que la esfera de acción directa de la empresa puede perfectamente duplicar esa cifra, es decir, más de la mitad de la población.

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Es un deber de los líderes empresariales comunicar al interior de las empresas los efectos que tienen diversas políticas públicas -o las decisiones que se toman en relación a ellas- en los propios trabajadores. Un ejemplo es el proyecto sobre el tercer retiro de las AFP. Es lamentable que en la discusión pública se sobreponderen los efectos económicos positivos de corto plazo de esta medida y simplemente se pasen por alto los nocivos impactos de largo plazo en la capacidad de ahorro de las familias y sus futuras pensiones. Creemos que desde el interior de las empresas nos corresponde orientar esta discusión, no desde una perspectiva ideológica, sino poniendo foco en la situación de las personas.

Otro ámbito en el que pueden contribuir los líderes empresariales es el proceso de vacunación. Es preocupante que cerca de un 20% de las personas digan que no se vacunarán o lo harán más adelante. Desde las organizaciones tenemos el deber de promover las ventajas de la inmunización temprana -que es para el bienestar social por sobre el individual- y crear los incentivos para que los colaboradores se vacunen apenas puedan. Desde las empresas tenemos la misión de informar los alcances de esta medida y difundir estudios técnicos que reflejen la efectividad de las vacunas, de lo contrario serán las redes sociales -cargadas de noticias falsas y estudios de cuestionable procedencia- las que informarán a nuestro entorno.

Otro aspecto que es crucial en la comunicación interna de las compañías, sobre todo en momentos de incertidumbre política y económica, es la promoción de los valores asociados a la integridad individual e institucional. Casos como el de Corpesca, cuya sentencia acaba de ser informada por la Corte Suprema, tienen una dimensión política, pero también una empresarial. Evitar conductas como estas va más allá de contar con un oficial de compliance, modelo de prevención de delitos o establecer checklists de cumplimientos. Se necesita enraizar una cultura de integridad que sea compartida y ejemplificada por los líderes empresariales y difundida hacia toda la organización. El tono desde la cima demanda un trabajo permanente, de actualización continua y en el que se involucre todo el gobierno corporativo. Requiere también del compromiso de los ejecutivos y consistencia entre el mensaje y su aplicación.

Si queremos que el sector empresarial sea un referente para la sociedad, es crucial que sea percibido como un actor íntegro e involucrado.

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