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La importancia de la pasión en el mundo laboral

Emma Jacobs

Por: Emma Jacobs | Publicado: Lunes 6 de mayo de 2019 a las 04:00 hrs.
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Emma Jacobs

La britanidad puede ser una aflicción; sufro terriblemente de esta actitud totalmente británica. Al igual que muchos compatriotas, me resulta difícil demostrar entusiasmo. Es por eso que la idea de tener pasión por el trabajo es un poco difícil para mí.

Este defecto de mi personalidad fue destacado recientemente cuando escribí un artículo sobre las entrevistas en video que utilizan la inteligencia artificial (IA) para buscar evidencia de pasión. Si alguna vez participo en una entrevista de trabajo en el futuro, ¿seré descartada por la IA?

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Ensayé una voz alegre y una sonrisa cursi en el espejo de mi casa. ¿Podría la IA saber que estoy fingiendo? La idea me provocó un poco de pánico, pero no suficiente para que alguien se pudiera dar cuenta de lo que estaba sintiendo. Yo tenía esperanzas de que el imperativo de “amar lo que haces” fuera una moda pasajera, que desaparecería como tantas otras modas pasajeras de gestión.

Desgraciadamente, el arquetipo del trabajador apasionado es sorprendentemente resistente. Y con este último desarrollo de inteligencia artificial, la pasión seguramente se volverá una parte clave de las carreras profesionales. Las redes sociales son en parte responsables de difundirlo. LinkedIn está lleno de personas que tienen “pasión por resolver problemas”. Los perfiles proclaman tener una “pasión por las personas” (¿todas las personas?) y una “pasión por los negocios” (¿todos los negocios?). Los anuncios de empleo exigen apasionados administradores de redes sociales, desarrolladores y analistas.

Por otra parte, las declaraciones de misión corporativas hacen reclamos grandiosos. Los valores de The Coca-Cola Company no son sólo el liderazgo y la responsabilidad sino también la pasión: “comprometidos con el corazón y la mente”.

Sería fácil culpar a los millennials. De hecho, varios ensayos recientes han argumentado que la generación nacida después de 1982 ha reemplazado la religión con el trabajo. El New York Times argumentó que para los millennials, “la indiferencia en el trabajo simplemente no tiene un hashtag socialmente aceptable”.

En general no creo en los estereotipos del trabajo de los millennials. Recibo encuesta tras encuesta que muestran que mis compañeros más jóvenes desean un equilibrio trabajo-vida, reconocimiento y un sentido de propósito en su trabajo. ¿Adivina qué? Pertenezco a la Generación X y también quiero eso.

Pero los millennials han tenido la desgracia de ingresar a la fuerza laboral con deudas estudiantiles, enfrentándose a los altos precios de las propiedades justo cuando el mantra de la pasión estaba en ascenso. Parece cruel que la noción de la pasión en el trabajo haya aumentado a la par con un sentido general de precariedad con respecto a la seguridad laboral y la previsibilidad de los ingresos.

De todas las tendencias de gestión que han surgido en este siglo, la exhortación a encontrar pasión a través del empleo es una de las más delirantes. Sherry Linkon, autora de The Half-Life of Deindustrialization (La Vida Media de la Desindustrialización), señala que la pasión es un privilegio ya que la mayoría de las personas necesitan priorizar el dinero por encima del propósito.

Incluso para aquellos que tienen seguridad económica, encontrar una vocación puede ser un ideal imposible. Linkon dice: “Puede generar una especie de deseo frenético de encontrar tu pasión o de sentirte apasionado por tu trabajo, y eso puede provocar que las personas sientan que han fracasado si no sienten esa pasión”.

Un nuevo estudio ha descubierto que la pasión puede fomentar la explotación. En ocho experimentos realizados con 2.400 participantes, los investigadores de la Escuela de Negocios Fuqua de la Universidad de Duke descubrieron que el mal trato de los trabajadores por parte de sus jefes era considerado legítimo si a los empleados les apasionaba el trabajo. Esto incluía trabajar horas adicionales sin pago adicional, así como limpiar el baño de la oficina voluntariamente.

En un experimento, se les pidió a los participantes que evaluaran a dos estudiantes de doctorado en psicología. Uno tenía un supervisor que era verbalmente abusivo, que le exigía que realizara tareas de poca importancia no relacionadas con sus estudios. El otro era tratado de manera justa. El estudiante acosado fue considerado más apasionado por el trabajo. La “pasión”, concluyó el estudio, puede “promover la explotación y el mal trato de los trabajadores”.

Esto no quiere decir que no debamos buscar un propósito en el trabajo. Recientemente entrevisté a dos personas que cambiaron de carrera para una serie de video de FT. Los dos habían dejado la industria de servicios financieros; uno para trabajar en diseño de vestuario, el otro para trabajar en el campo de la enseñanza. Ambos se sentían más felices después de encontrar un trabajo que les apasionaba y que tenía propósito, a pesar de que el sueldo era mucho menor.

Pero se trataba de personas que, después de años de experiencia en la fuerza laboral, tenían una idea muy clara sobre los beneficios de hacer un cambio en su vida laboral. Como lo expresó un colaborador: “Hay una razón por la que el trabajo se llama trabajo”.

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