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La minería como eje estratégico de Chile

Juan Carlos Guajardo

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Juan Carlos Guajardo

El título de esta columna puede parecer paradojal. Es difícil creer que Chile, con su larga historia ligada a la minería, no la asuma como un eje estratégico de su desarrollo. Pero ésa es la realidad. El país carece de una visión clara de hacia dónde quiere transitar de la mano de su principal industria. No hay visión de largo plazo y no se entiende a la minería como un instrumento para desarrollar el país.

A la paradoja anterior contribuye decisivamente el que la minería sea entendida en nuestro Chile como la “vaca lechera”, es decir como la actividad que provee los recursos para que el resto del país funcione, pero que al ser tan rica, no necesita mayor atención desde lo público. Este es un error garrafal que necesita ser enfrentado.

Por lo anterior es que resulta relevante el aporte del documento “Minería y Desarrollo Sostenible de Chile. Hacia una Visión Compartida”, preparado por un grupo transversal de 13 personas, entre ellas el ex Presidente Ricardo Lagos. Tiene valor porque este grupo pudo -a partir de sus diferencias-, lograr el objetivo mayor de establecer una visión compartida para un tema crucial para el país como es la minería, actividad que atraviesa por un momento crucial debido a que la pérdida de competitividad coincide con una fase de mayores y legítimas exigencias sociales y medioambientales.

Esta iniciativa permite albergar mayores esperanzas de poder enfrentar el creciente estancamiento en que ha estado cayendo la minería en asuntos como la inversión en proyectos -incluyendo los de energía-, el desarrollo sustentable, la productividad, las relaciones laborales y la innovación, entre otros. Cabe rescatar esta iniciativa de acción pública en momentos en que el camino de los acuerdos en nuestro país vive horas bajas.

El sentido de urgencia también proviene de las oportunidades que el país está dejando pasar y que tal vez este documento necesite desarrollar con más nitidez. Hay que decirlo claramente: Chile no tiene ninguna industria con el tamaño y el potencial para cambiar su destino económico como la minería, pero por el camino que vamos probablemente desperdiciemos la oportunidad de superar el subdesarrollo. Si no vemos a la minería como una plataforma de desarrollo tecnológico y la seguimos pensando como la actividad de la “pala y la picota”, habremos de lamentarlo pasado mañana.

El crecimiento de los países emergentes, encabezado por China, ha abierto una ventana de oportunidad ya que ha revalorizado a las materias primas como el cobre y con ello ha generado un escenario de mayores ingresos para países productores como Chile. Estas condiciones se presentan excepcionalmente, una vez en un siglo, y está en nuestras manos aprovecharlas para no tener que lamentarnos como lo refleja el libro “Chile, un caso de desarrollo frustrado”.

El reducido número de quienes estamos en torno a la minería y la desconexión de esta actividad con las elites del país, no han hecho posible contar con la atención necesaria para enfrentar los problemas y hacer evidentes las oportunidades. La Sociedad Nacional de Minería y el Consejo Minero han emitido sendos documentos al respecto. Nuestro propio Centro difundió su visión a comienzos de año en el texto “La Minería como plataforma para el Desarrollo. Hacia una minería integral y sustentable en Chile”. La plataforma que aporta la figura del ex Presidente Lagos y sus 12 destacados colaboradores ofrece la esperanza de que un tema que no es capaz de marchar por las calles, podrá ser finalmente escuchado.

La tarea ahora comienza por valorar y aquilatar las propuestas y ojalá enriquecerlas pero también y de manera crucial, requiere transformarlas en política pública. Por el tamaño de la industria minera y sus desafíos, la articulación será imprescindible, en lo cual el gobierno tiene un rol de liderazgo ineludible.

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