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Ley corta de pensiones: ¿cuáles son los desafíos pendientes?

Paola Assael, Guillermo Le Fort, Manuel Llanos, Rodrigo Pablo, Julio Ruitort y Salvador Valdés Miembros del equipo económico de Sebastián Sichel

Por: Paola Assael, Guillermo Le Fort, Manuel Llanos, Rodrigo Pablo, Julio Ruitort y Salvador Valdés | Publicado: Martes 14 de septiembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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Paola Assael, Guillermo Le Fort, Manuel Llanos, Rodrigo Pablo, Julio Ruitort y Salvador Valdés

Es necesario mejorar las pensiones actuales y dar un marco de seguridad a los futuros pensionados. La propuesta de ley corta del Gobierno es un avance, pero deja desafíos pendientes.

Compartimos la propuesta de aumentar la pensión mínima del Estado (PBS) para quienes nunca ahorraron en el sistema previsional, al nivel de la línea de pobreza -hoy en $ 177 mil- y que irá progresando. Aumentar la cobertura de la PBS y del Aporte Previsional Solidario (APS) al 80% de la población es un apoyo a la clase media para superar el empobrecimiento en la vejez. Sin embargo, los retiros previsionales adelantados que el Congreso ha aprobado más difícil esta meta.

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Si queremos un sistema que pague pensiones dignas, debemos reducir las lagunas previsionales. El uso temporal del seguro de cesantía para pagar la cotización previsional y el seguro de invalidez y sobrevivencia, a quienes se encuentran cesantes y buscando trabajo, es buena iniciativa. Es ineludible generar incentivos permanentes contra la informalidad, haciendo cumplir la ley en el pago de cotizaciones y persiguiendo a los evasores. Además, las cotizaciones deben ser obligatorias, por al menos el ingreso mínimo, para trabajadores no contratados que tienen ingresos variables como los independientes o los emprendedores.

Es importante avanzar más allá de la ley corta y fortalecer el Pilar Solidario: una Pensión Básica Universal que reemplace a la PBS y el APS y sea la base a partir de la cual se calcula la pensión de cada uno, agregándole a la PBU la pensión que se obtiene de los ahorros previsionales personales. Es un aporte a la solidaridad social, mejora ingresos de los más vulnerables financiado con rentas generales de la nación que, al contrario de las cotizaciones previsionales, incluye aportes de las rentas del trabajo por sobre los $2.400.000 mensuales y de las rentas del capital.

Se trata de avanzar gradualmente hacia una PBU que garantice un piso sobre el cual se sume íntegramente la pensión producto del ahorro previsional de cada persona. Contemplamos aprobar en los primeros cien días de Gobierno dejar de aplicar descuento al aporte previsional del Estado hasta que la pensión alcance al menos el ingreso mínimo. Esta propuesta implicará aumentos adicionales en las pensiones de $ 50 mil mensuales para la gran mayoría de los actuales pensionados, monto que seguirá subiendo en la medida que se siga avanzando hacia una PBU.

Debemos promover un sistema solidario en el cual sus integrantes realizan un esfuerzo de ahorro personal y pagan sus cotizaciones, en línea con liberar recursos estatales que se apliquen en forma sostenida a los más necesitados. Creemos en un seguro colectivo de dependencia severa, en base a cotizaciones adicionales administradas por un fondo de gestión centralizada, que utilizaría cuentas nacionales individuales para evitar manipulación de beneficios, y sería respaldado con seguros licitados, instrumentos del mercado de capitales y eventual apoyo del Estado.

El ahorro es condición ineludible para un sistema de seguridad social sustentable y solidario. No podemos pensar en mejores pensiones sin fortalecer el sistema de ahorro previsional, incrementando la tasa de cotización y asegurando la inviolabilidad del derecho de propiedad de los trabajadores sobre sus ahorros, lo que implica la libertad para elegir alternativas de administración de sus fondos previsionales evitando cualquier forma de expropiación o imposición monopólica.

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