Luis Hernán Paúl

La llegada de los family offices

Por: Luis Hernán Paúl | Publicado: Lunes 25 de febrero de 2013 a las 05:00 hrs.
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Hasta hace no mucho tiempo en Chile el concepto de los family offices, es decir oficinas que se dedican a manejar los asuntos de una o más familias que cuentan con inversiones de cierta envergadura, era muy poco conocido, ya que eran pocas las familias para las cuales hacía sentido tener una organización de este tipo. 


Sin embargo, con el fuerte incremento experimentado en el valor de diversos activos en los últimos 25 años, ha aumentado significativamente el número de familias que cuentan con patrimonios importantes compuestos no sólo por participaciones accionarias relevantes en empresas muchas veces de carácter familiar sino que además por inversiones financieras y/o otros tipos de activos, los cuales requieren ser administrados en forma profesional.

Se trata, por lo general, de familias que, luego de abrir sus empresas en bolsa, empezaron a recibir montos relevantes en dividendos, parte de los cuales requerían invertir o bien de familias que vendieron sus empresas y se encontraron con la necesidad de invertir los fondos recibidos. Pero en realidad, y esto es importante aclararlo, los family offices no sólo sirven para manejar inversiones sino que también para proyectar las actividades de una familia a sus generaciones siguientes.

Hay familias que desarrollan una suerte de plan estratégico familiar en el cual definen el tipo inversiones en que les interesa participar (de control, minoritarias, renta variable, renta fija, capital de riesgo, inversiones inmobiliarias, etc.) y los objetivos que buscan lograr, los cuales por lo general no sólo apuntan a incrementar el patrimonio familiar sino que también al desarrollo del capital humano e intelectual de los miembros de la familia y ocasionalmente también al apoyo a obras sociales específicas. 
Por cierto existen en Chile distintos tipos de family offices en función de los objetivos perseguidos, el tamaño y tipo de inversiones que manejan y el tiempo que llevan operando. Hay algunos bastante organizados que cuentan con un cuerpo ejecutivo, modelo de negocios, planificación estratégica y control de gestión bien estructurado. En cambio otros, que en su mayoría se formaron mas recientemente, se encuentran menos desarrollados.

Por lo general, los family offices cuentan con consejeros y/o ejecutivos profesionales no familiares para efectos de contar con visiones independientes y evitar los típicos conflictos de interés que surgen entre las decisiones familiares y las decisiones de negocios. También muchas veces trabajan familiares en este tipo de organizaciones, pero lo ideal es que lo hagan conjuntamente con profesionales externos.

Si bien es incorrecto precisar un nivel mínimo de patrimonio que justifique la creación de un family office, ya que ello depende de los objetivos específicos que con éste se busque, en la práctica es extraño encontrar organizaciones de este tipo que manejen patrimonios inferiores a US$ 50 millones. Lo que es bastante usual, eso sí, son los family office que manejan los patrimonios de distintos miembros de una familia o bien los patrimonios de más de una familia. 

Un aspecto que vale la pena resaltar es que los family offices de familias que desarrollaron con éxito una empresa pueden ser buenos socios de otras empresas que requieren capital para crecer, en la medida que pueden aportar no sólo nuevos recursos, sino que además la experiencia empresarial adquirida en su propia compañía. 
Asimismo, conviene advertir que las familias cuyo patrimonio está compuesto casi exclusivamente por su participación en una empresa familiar no requieren formar un family office, al no contar todavía con un monto de recursos adicionales relevante para ser administrado. En tal caso lo que se requiere muy probablemente es contar con un directorio adecuado en la empresa familiar.

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