Manuel Bengolea

Chile: Riesgo país al alza

Por: Manuel Bengolea | Publicado: Viernes 20 de febrero de 2015 a las 04:00 hrs.
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Poco se dice sobre el impacto que tendría en la percepción de los inversionistas la constante revelación de casos de mal proceder de algunos empresarios y de algunos políticos, que deterioran la imagen de nuestro país. La pregunta que surge de lo anterior es cuándo y cómo se reflejará esta plétora de malas noticias.

Un forma de dimensionar este impacto es analizando la evolución del riesgo país a través de los seguros contra el incumplimiento de pago en la deuda externa (Credit Default Swap o CDS). Desde fines del 2013 a la fecha, los CDS chilenos han aumentado levemente, lo que estaría ligado al fin del ciclo minero. Sin embargo, al comparar los CDS de Perú en el mismo período, la evolución no ha sido la misma, a pesar de que el impacto externo por la caída de los precios del cobre es muy similar.

En el caso de Chile aumentó y en el de Perú disminuyó. Esta leve diferencia en la evolución del riesgo país entre dos países exportadores de cobre sugiere que la percepción de riesgo chileno ha aumentado, ya sea por el ruido de las reformas y/o los escándalos político-empresariales.

El mejor ejemplo del costo económico de "hacerlo mal" es observar lo que ha sucedido con Brasil. Esta economía, al igual que Colombia, Perú y Chile, está expuesta al crecimiento económico chino; sin embargo, al contrario de éstas, Brasil no emprendió la reestructuración que la realidad demandaba y el resultado es una economía estancada, con inflación alta y elevados niveles de corrupción. El riesgo país de Brasil, desde 2010 a la fecha, se ha duplicado. Esto es, a principios de 2010 el CDS pasó de 1,23% por sobre el tesoro de Estados Unidos, a 2,38% por sobre éste.

A nivel mundial, Chile tiene una posición fiscal privilegiada, niveles de corrupción empresarial y políticos bajos, una democracia sólida, etc. Sin embargo, no podemos permitirnos correr el riesgo de terminar como Brasil, pues hoy en día existen dudas sobre cuál sería el camino que seguirá. Muchos se preguntan si Brasil retomará la senda de país serio, o definitivamente seguirá el siniestro sendero que hace algunos años tomaron Venezuela y Argentina.

El ciclo externo favorable, que impulsó en la última década a Chile, y otros países latinos, a crecer vigorosamente, a ordenar sus finanzas públicas y a sacar de la pobreza a millones de sus ciudadanos, llegó a su fin. Por lo tanto, si queremos preservar lo que hemos logrado, debemos y tenemos que hacer las cosas bien, porque de lo contrario el riesgo de equivocar el camino, como lo hizo Brasil en los últimos años aumentaría considerablemente.

Creo que llegó la hora de que todos quienes se han beneficiado del éxito de Chile desde su retorno a la democracia nos detengamos y digamos: "suficiente, no más". No más escándalos de empresarios que, descontrolados por la codicia, deciden saltarse las reglas; no más candidatos recaudando fondos, ilícitamente, para financiar campañas; no más consumidores que "hacen tonto al sistema"; no más reuniones entre empresarios y cercanos al gobierno.

Creo que nuestra presidenta tiene una tarea colosal, imprevista e ineludible por delante si es que quiere dejarnos en las puertas del desarrollo al final de su gobierno.

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