Manuel Bengolea

Crecimiento económico: el reloj de arena está corriendo

El reloj de arena está corriendo para la Reforma Tributaria (RT)...

Por: Manuel Bengolea | Publicado: Viernes 16 de mayo de 2014 a las 05:00 hrs.
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El reloj de arena está corriendo para la Reforma Tributaria (RT), y llegó también la hora de discutir con fundamentos hasta dónde y a quiénes llegarán sus efectos. La opinión de la mayoría de especialistas es que la RT tendrá también efecto en las personas y en las PYME, y que su impacto no será transitorio. Los políticos, en vez de contener, atizan la competencia de declaraciones altisonantes, que no conducen a generar la confianza que cambios de esta magnitud requieren.

Quien debiera salir al paso y “liderar” un esfuerzo por aprobar la RT, minimizando el impacto en la confianza de diferentes agentes económicos, es el ministro de Hacienda. Pero él ha elegido la reserva en vez de las explicaciones que varios connotados economistas de su bloque político solicitan; ha preferido arengar a quienes necesitan de los recursos del Estado para avanzar en bienestar, cuando también debiera juntarse con los empresarios, que son palanca primordial en la generación de empleos. Esta displicencia del ministro Arenas ha tenido consecuencias que recién comienzan a visualizarse.

El informe de mayo sobre percepción de negocios del Banco Central confirma que tanto el clima empresarial como la confianza de los consumidores se están deteriorando. Es más, a abril de este año, las importaciones de bienes de capital, indicador líder de la actividad económica y la inversión, muestran una caída que es más pronunciada que la de la crisis de 2008. Como la desaceleración de China y el retiro de los estímulos monetarios por parte de la Fed son noticias viejas, la caída en este año se explicaría por otras razones.

Algunos sostienen que la baja en las importaciones de bienes de capital se explica por los anuncios de beneficios impositivos para la inversión, que gatilla en los empresarios la decisión de posponerlas hasta su entrada en vigencia. Lo anterior resulta irrisorio, tanto porque el corazón de la RT apunta justamente a acabar los incentivos a la inversión, como porque revelaría lo importante que los primeros son para los segundos. El anuncio del incentivo explicaría parte de la caída en las importaciones de bienes de capital. ¿Qué factor explicaría el resto de ella? Empresarios y consumidores cuya confianza se ha deteriorado, pues perciben que esta reforma tributaria, que sólo pagaría el 1% más rico, la terminarán pagando muchos más.

Hoy la confianza en el equipo económico está dañada, y no son pocos los que temen que se pueda fraguar otra reforma, como la laboral, que asestaría otro golpe. Si a todo lo anterior se suman los actuales costos medioambientales y energéticos, entonces la rentabilidad exigida a los proyectos de inversión en Chile se eleva más allá de lo financieramente razonable. El resultado es que la inversión se resiente, ya sea porque los proyectos se posponen o se descartan.

En resumen, se está gestando una caída severa en la inversión, que no se explica por China o por la Fed, o por la prórroga de proyectos de inversión, sino que se desembrolla porque el ambiente económico está enrarecido por la discusión de la Reforma Tributaria, y al contrario de lo que sostiene el ministro Arenas en cuanto a la transitoriedad de sus efectos, los empresarios y consumidores creen que será más permanente y han decidido postergar su decisión de gasto. Creo que el reloj de arena avanza inexorablemente, a la par con el deterioro de las expectativas. ¡Se podría acabar la arena!

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