Matko Koljatic

El problema más grave

Matko Koljatic Profesor Titular Escuela de Administración PUC

Por: Matko Koljatic | Publicado: Jueves 4 de julio de 2019 a las 04:00 hrs.
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La Constitución dice, en su capítulo I, artículo 1°, que “dar protección a la población” es uno de los deberes primordiales del Estado de Chile. Desgraciadamente, el Estado no está cumpliendo con esta obligación, como lo demuestran las encuestas de victimización.

Paz Ciudadana reportó en su último Índice, de noviembre de 2018, que “el 36,4% de los hogares de nuestro país declaró haber sido víctima de un robo o intento de robo en los últimos seis meses” y que, aunque “la sensación de temor bajó y la evaluación ciudadana de las instituciones a cargo de la seguridad y la justicia en Chile mejoró, la mayoría de ellas se mantienen con nota insuficiente”.

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La cifra de victimización describe una realidad tremenda. Desgraciadamente, es parte de la realidad cotidiana. La semana antepasada le robaron el auto en una “encerrona” a una amiga de dos de mis hijas, que iban de pasajeras, en el paso bajo nivel que conecta la ruta 5 Norte con Américo Vespucio hacia el oriente. Los policías les comentaron a mis hijas que la noche anterior habían sido robados ¡quince automóviles!

Para más abundamiento, el mismo mes del informe de Paz Ciudadana, durante un “feriado largo”, ladrones entraron a mi departamento –en un segundo piso- y robaron una caja fuerte empotrada en la pared de un closet.

Afortunadamente, en ninguno de estos dos incidentes hubo consecuencias mayores; nada parecido a lo del ciudadano canadiense asesinado en Valparaíso para robarle una mochila, o a la muerte de dos jóvenes en La Florida que intentaron detener el robo de un auto.

Estos aterradores delitos causan conmoción pública y crean una sensación de temor transversal a todos los segmentos sociales y económicos. No debería sorprendernos, entonces, que en la encuesta CEP de mayo 2019, el problema de “delincuencia, asaltos y robos” se mencione en primer lugar por el 51% de la población como uno de los tres que deberían ser prioridad para el gobierno. Pero la misma encuesta indica que la gestión del gobierno ante la delincuencia obtuvo apenas nota 3,1.

Pienso que esa percepción de falta de eficacia ocurre porque no se percibe –en este gobierno ni el anterior- una estrategia sistémica y sostenida para mitigar el problema.

Cabe preguntarse: ¿qué se está haciendo para combatir la delincuencia que sea distinto a lo ya probado y que claramente ha fracasado? Por ejemplo, ¿cuál es el plan de uso de nuevas tecnologías para prevenir los delitos? Pareciera que los británicos han tenido éxito frente al terrorismo apelando a la tecnología. Por otra parte, todo plan requiere de un “mando” que se haga responsable, que coordine a las partes involucradas (Fiscalía, Carabineros, PDI), de modo que haya una clara posibilidad de exigir rendición de cuentas. Ese “mando” tampoco parece existir.

El problema de la delincuencia no puede esperar más. ¡Necesitamos una estrategia antidelincuencia efectiva!

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