Matko Koljatic

¿Es la CNA un caso de “pensamiento grupal”?

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Por: Matko Koljatic | Publicado: Jueves 17 de enero de 2013 a las 05:00 hrs.
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¿”Cómo pude ser tan estúpido”? La frase se atribuye a John Kennedy después del fracaso de la invasión de Bahía Cochinos, en abril de 1961. Un destacamento de exiliados cubanos había intentado establecer una cabeza de playa en la costa sur de Cuba, iniciando una acción militar para derrocar a Fidel Castro y su gobierno. La acción militar acabó fracasando en menos de 65 horas ante la eficaz reacción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.



La recriminación de Kennedy era explicable. El plan de invadir Cuba con exiliados cubanos, entrenados, financiados y dirigidos por la CIA, había sido largamente discutido en su gabinete y él lo había aprobado. Richard M. Bissell, encargado en la CIA de este tipo de operaciones especiales, había convencido a Kennedy y a sus ministros y asesores de llevar a cabo la operación.

La decisión de aprobar el desembarco en Bahía Cochinos es un ejemplo clásico de los errores que se pueden cometer en las decisiones grupales, lo que se conoce como la “teoría del pensamiento grupal” (“group think” en inglés). El “pensamiento grupal” es un fenómeno psicológico, descubierto por el psicólogo social Irving Janis (1918-1990), profesor de la Universidad de Yale, en que los miembros del grupo, deseando evitar conflictos entre ellos y mantener la armonía, buscan alcanzar consensos, sin poner a prueba las ideas a través de un análisis y evaluación rigurosa. El problema es que ello puede desembocar en malas decisiones. El profesor Janis sugiere que las presiones a la conformidad sesgan el análisis, promueven un pensamiento simplista y ahogan la creatividad y el pensamiento independiente. Janis enumera un número de condiciones que podrían alentar el pensamiento grupal. Estas incluyen, entre otras, el aislamiento y alta cohesión del grupo, la falta de procedimientos metódicos en el análisis y evaluación de las decisiones, la existencia de un liderazgo fuerte y pocas alternativas de una mejor solución que la ofrecida por el líder.

Pero, ¿a qué viene el tema del “group think” en el Chile de hoy? 
En los últimos días se me ha preguntado repetidamente como puedo explicar lo ocurrido con las acreditaciones en la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), durante la presidencia interina de Luis E. Díaz. Hay que pensar que las decisiones de acreditación las tomaban 15 personas -los miembros de la Comisión- y en que Díaz era sólo un voto, aunque presidía la comisión y dirimía en caso de empate en las votaciones. Pienso que el fenómeno del “group think” puede estar detrás de lo ocurrido. Un liderazgo fuerte, pero corrupto y mal intencionado -con información engañosa- puede haber manipulado a los demás comisionados hacia malas decisiones, como lo descubrió Janis. Tendremos que esperar los resultados del trabajo de la Justicia para saber si la hipótesis del pensamiento grupal es correcta, o si hubo una conspiración corrupta que involucró a más personas. Espero no estar pecando de academicismo (o de ingenuidad) y que la hipótesis del pensamiento grupal sea la explicación que prevalezca.

Entretanto y mientras no se apruebe y promulgue la nueva ley de acreditaciones enviadas por el gobierno al Congreso, la CNA debe seguir funcionando. En ello, es fundamental recuperar la credibilidad y confianza de la ciudadanía en la entidad y sus veredictos. Para ello, en la constitución de una “nueva CNA” estamos trabajando en distintos frentes. Por una parte, hay un cambio de personas, tanto en la comisión misma (prácticamente todos los actuales comisionados se han incorporado con posterioridad a la presidencia de L. E. Díaz) como en la Secretaría Ejecutiva y staff de apoyo. Por otra parte, estamos revisando los procedimientos de la entidad para asegurar la transparencia y rigurosidad de las decisiones. En este sentido, es fundamental el nuevo canal de denuncias que se está implementando, ya que facilitar las denuncias -anónimas o no- es la mejor forma de prevenir conductas ilícitas y fraudes.

El compromiso de la “nueva CNA” es decirle claramente a la ciudadanía cuáles instituciones entregan educación de calidad y cuáles no.

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