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¿Medidores eléctricos para ciudades inteligentes?

Eduardo Bitran Presidente Club de Innovación, Académico Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI

Por: Eduardo Bitran | Publicado: Miércoles 3 de abril de 2019 a las 04:00 hrs.
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Eduardo Bitran

La polémica de los medidores inteligentes ha dejado en evidencia que el debate en temas de futuro está dominado por declaraciones y medidas efectistas sin visión de largo plazo, lo que limita la inserción del país en la cuarta revolución industrial.

El programa chileno de Ciudades Inteligentes buscaba sentar las bases para el desarrollo de la institucionalidad, la estandarización y la infraestructura habilitante, compuesta por plataformas de gestión metropolitana y redes de sensores que permiten compartir la infraestructura entre múltiples sensores para diversos servicios de la ciudad, creando así un ecosistema robusto. El programa optó por aprovechar la oportunidad del recambio de las luminarias públicas a LED, que se está llevando a cabo en todas las ciudades del país, para introducir un sistema abierto basado en los protocolos de red inalámbrica de la versión 6 del protocolo IP, diseñados para transporte datos de sensores de baja capacidad de procesamiento.

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En esta línea, en 2017, se avanzó en el desarrollo de un Laboratorio de Internet de las Cosas (IoT), ubicado en el centro de Santiago, donde se implementó una red de sensores sobre las luminarias públicas como columna vertebral. Así fue posible gestionar cada luminaria, medir su consumo eléctrico, detectar fallas e implementar otras aplicaciones, como monitoreo de tráfico vehicular y calidad del aire. Además, ello permitió gestionar estacionamientos, detectar el nivel de contenedores de residuos y transportar los datos obtenidos por medidores inteligentes de electricidad, agua y gas. Cinco municipios ya han adoptado estos estándares de vanguardia, pero es fundamental que el resto de las comunas siga este ejemplo.

Por otro lado, el regulador eléctrico ha establecido la obligatoriedad de que la comunicación con los medidores sea abierta e interoperable, lo cual no cumplen en la actualidad los medidores inteligentes instalados por ENEL. Estos operan con el protocolo Meters and More, siendo necesario que se adapten a esta exigencia. Este problema se podría haber evitado si el Estado hubiera avanzado en el programa de Ciudades Inteligentes, definiendo concesiones de servicios intermedios de telecomunicaciones de IOT para las ciudades. El mercado libre no resuelve bien estos problemas de interconexión. Se requiere concordar la forma más eficiente de proveerlo para aprovechar economías de escala y de alcance.

Todavía estamos a tiempo de corregir las omisiones y establecer el marco regulatorio para la infraestructura habilitante de IOT para las ciudades inteligentes. Sin embargo, lo que no es aceptable es que esta falta de visión se traduzca, por una parte, en declaraciones populistas, y por otra, se intente abordar con medidas regulatorias efectistas que dañan la integridad del sistema regulatorio tarifario, que tantos años ha costado construir.

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