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Mercados emergentes: invertir en capacidad de crecimiento

FT View © 2019 The Financial Times Ltd.

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Las economías de los mercados emergentes se están tambaleando. La última rebaja a las proyecciones de crecimiento global del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año —la cuarta consecutiva— estuvo motivada exclusivamente por una reducción de las expectativas en los mercados emergentes de Asia, América Latina y el Medio Oriente. Aun así, los mercados emergentes siguen creciendo aproximadamente dos veces más rápidamente que las economías avanzadas.

Sin embargo, la brecha prevista con las economías avanzadas en el crecimiento del producto interno bruto (PIB) es ahora casi un punto porcentual menor que hace un año, y se prevé que el crecimiento del PIB en los mercados emergentes será el más bajo en una década este año. Varias economías importantes, especialmente Brasil, Rusia y México, están creciendo más lentamente que las economías avanzadas.

Muchos de los bancos centrales de los mercados emergentes han intentado impulsar el crecimiento al reducir las tasas de interés durante los últimos meses, adelantándose a la implementación de dichas medidas por la Reserva Federal. Fue bien recibido, pero probablemente no sea suficiente para revitalizar la producción. También deben abordarse la baja productividad, la falta de capacidad productiva y la lentitud de las reformas internas.

La disputa comercial entre EEUU y China ha expuesto las vulnerabilidades de las economías orientadas a la exportación en muchos mercados emergentes. El crecimiento del comercio mundial cayó a su nivel mínimo en siete años de apenas el 0.5% en el primer trimestre de este año; las expectativas para 2019 son ahora menos de la mitad del ritmo registrado hace dos años. El cambio estructural en China hacia una economía más orientada al consumo también ha afectado a las cadenas de suministro en Asia y a los exportadores de productos básicos de los mercados emergentes. Unos pocos países de bajos ingresos le han quitado cierta cuota de mercado a China, pero no suficiente para compensar las pérdidas generales.

El lento ritmo de las reformas internas es otro obstáculo, particularmente en América Latina. La región experimentó las mayores rebajas de proyecciones por parte del FMI, lo que significa que el crecimiento se mantendrá anémico en México y Brasil este año, mientras que se espera que Argentina se recupere lentamente de la crisis del año pasado.

La esperada reducción de las tasas de interés estadounidenses ofrecerá cierto alivio. Los bancos centrales de mercados emergentes deberían seguir flexibilizando la política interna cuando las circunstancias lo permitan, apoyando el consumo y la inversión. Pakistán y Argentina son la excepción. Sus altos niveles de inflación y la vulnerabilidad ante la depreciación de la moneda los han obligado a mantener políticas monetarias estrictas.

Aunque el crecimiento en los mercados emergentes puede estar en su nivel mínimo en una década, las vulnerabilidades externas no son de la misma magnitud que hace 10 años. El número de países con déficit fiscal y de cuenta corriente es ahora mucho menor, las reservas de divisas son mayores y la deuda en moneda extranjera está mostrando una tendencia a la baja. Pero los puntos de presión siguen estando presentes, entre otros, la falta de inversión en la capacidad de crecimiento productivo, lo cual ayudaría a proteger a las economías nacionales de futuras crisis externas.

Una política monetaria más flexible a nivel mundial les brinda la oportunidad para hacer esto. Las economías de mercados emergentes no deberían desperdiciar esta oportunidad.

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