Modernización tributaria: buscar la equidad y desarrollo para Chile

Patricio Gana, socio principal de AK Contadores

Paulatinamente la modernización tributaria que está impulsando el Ejecutivo está volviendo a la agenda política y económica del país. Así es, ya que las PYME plantearon hace un par de semanas sus dudas a Hacienda por la reforma tributaria, particularmente enfocada en revisar la alternativa de las mipymes de tributar en forma simplificada mediante la tasación por rubro del SII, y además, sus críticas a la Cláusula Pyme de la iniciativa, que reemplaza al 14 ter vigente y que establece contabilidad simplificada a las empresas con ventas anuales inferiores a las 50 mil UF. Pero otro hito que tomó renombre en estos días fue lo que hizo la DC en comenzar a distribuir dentro de sus bancadas de parlamentarios una minuta elaborada por economistas, como los exministros Luis Felipe Céspedes y Alejandro Micco, para fijar postura sobre la reforma. En el documento se expresa que el proyecto "en sus condiciones actuales, no cumple con las condiciones para poder apoyarla", emplazando al gobierno a "acercar posiciones".

¿Pero qué necesita Chile en estos tiempos modernos y a la vez complejos, ya que la ciudadanía cada día está más empoderada y con mayor conocimiento en diferente ámbitos? El país requiere una propuesta de equidad y asimismo, que contenga desarrollo para la nación. Es el tiempo de proporcionar los impuestos, la tecnología y así permitir pagar impuesto correspondiente, según categoría del bien adquirido.

Pero vamos más a fondo, y con beneficios directo a la clase media. Y si rebajamos el impuesto a la renta a las PYME a un 15% y además, subimos el sueldo mínimo a $315.000 y sumamos un 1% de impuesto de Segunda Categoría a rentas que hoy están exentas... quedaríamos con un país más justo... Las tasas reales de impuesto que pagan las PYME (a nivel agregado, es decir, empresa y socios) fluctúa entre un 15% a un 17%, por lo que no habría ningún impacto real en cuanto a recaudación. Por el contrario, muchas empresas que hoy deben financiar un 25% o 27% (para que después les devuelvan un 10%), deben trabajar 1 o 2 meses al año sólo para financiar un impuesto que después les van a devolver. Eso es ineficiencia pura. Nos acostumbramos a que el Fisco devuelva impuestos (pagados en exceso), en lugar de pensar en que las empresas y personas paguen de una vez lo justo.

Incluso podríamos recaudar más impuestos que hoy, aún cuando la tasa de Primera Categoría baje de manera sustancial (hay que calcular con exactitud este efecto), debido a que se cobrarían impuestos de Segunda Categoría a personas que hoy no están pagando.

Pero vamos mencionando las ventajas y claro las desventajas de la propuesta. En primer lugar existirá (a mí entender) un mayor crecimiento económico para Chile, mayor recaudación fiscal, mejor nivel de sueldos para cada persona y por supuesto existirán PYME más fuertes, siendo este último punto lo más trascendente. ¿Por qué? En Chile las pequeñas y medianas empresas son las principales generadoras de empleos, alcanzando prácticamente al 70% de los puestos de trabajo, lo que sin duda es un número importante para la economía de un país no sólo por dotar de fuentes laborales, sino también, porque permite aumentar la productividad en épocas de recesión o desaceleración.

Y con respecto a las desventajas, solo hay que mencionar que el efecto tendría un impacto negativo en la generación de empleo (a mí juicio por un período muy acotado) y además es políticamente incorrecto y riesgoso para quien lo propone, rebajar impuestos a las empresas. Y por eso, es fundamental que las autoridades entiendan que tienen la oportunidad de hacer un mejor país con la reforma a la reforma de la reforma tributaria, y así no dejar pasar oportunidades. Por último, Chile siempre debe buscar la equidad horizontal y el desarrollo propio, no con soluciones copiadas al pie de la letra, sino con modelos creados o adaptados a nuestra propia realidad.