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Mundial de Rusia en clave femenina

Débora Calderón Kohon

Por: Débora Calderón Kohon | Publicado: Miércoles 6 de junio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Débora Calderón Kohon

Hemos hablado de feminismo las últimas semanas como no lo habíamos hecho nunca en este país. No se trata del primer movimiento de este tipo, pero sí podemos afirmar que esta efervescencia busca reivindicaciones que van a requerir reformas políticas potentes, cambios profundos en educación y, por cierto, la reformulación del paradigma económico siempre cargado hacia el lado masculino de la sociedad.

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No hay ámbito que quede fuera y eso es lo interesante. Y ad portas de un Mundial de fútbol, en el cual seguimos lamentando nuestra ausencia, la idea de analizar el potencial femenino en una instancia de impacto público como esta puede resultar bastante interesante.

Vamos a los indicadores. Un reciente estudio en Argentina señala que las principales razones para la baja presencia de mujeres en el mundo del balompié se concentran en la falta de indumentaria femenina, la negativa de los clubes a brindar espacios para los entrenamientos y canchas para los partidos, la ausencia de una retribución económica apropiada (para qué hablar de las brechas con los salarios de los jugadores hombres), y las situaciones de machismo y xenofobia dentro de las instituciones.

Estas son sólo algunas de las trabas que alejan a las mujeres de la práctica del fútbol, de la asistencia a los estadios como espectadoras y de la asunción de roles como dirigentes. Pero más allá de los prejuicios y las dificultades, hay un grupo que ha irrumpido con fuerza y que veremos en acción desde Rusia y transmitiendo para el mundo entero: las periodistas deportivas. Son ellas las que —haciendo honor a una frase del poema de Susana Thénon "¿Por qué gritan esas mujeres?"— tendrán que alzar la voz para ser escuchadas, leídas y vistas en un entorno dominado por hombres.

Estas mujeres están abriéndose un espacio a punta de conocimiento y actitud. Pero hablar de paridad en el área es aún demasiado anticipado. Quedan años para acortar las cifras que hablan actualmente sólo de entre un 10% a un 15% de reporteras mujeres que son enviadas por medios y agencias a cubrir este Mundial.

Para seguir creciendo, son los mismos deportistas los que tendrán que cambiar su actitud. Ha habido casos emblemáticos de hostigamiento y acoso a periodistas que cubren deportes típicamente masculinos. Para ir en contra de estas malas prácticas, el podcast estadounidense Just not sports (No sólo deportes) lanzó en 2016 el vídeo More than mean (Más que cruel), donde varios hombres leían a las periodistas deportivas Sarah Spain y Julie DiCaro los ofensivos tuits que algunos espectadores les habían enviado. Los hombres titubeaban al leer los comentarios y algunos pedían avergonzados disculpas a las periodistas. "No se lo diríamos a la cara, entonces no se los escribas", era el lema de la campaña estadounidense.

Romper estereotipos y pelear contra los mandatos siempre conllevará una reacción y, a veces, resistencia. Pero cada vez son más las mujeres que se animan a desafiar esos cuestionamientos y a ocupar espacios antes vedados. Jugar al fútbol es empoderamiento: es una apuesta a la libertad y el ejercicio de una autonomía que ellas ya no están dispuestas a resignar. Cubrirlo desde las primeras ligas es un triunfo: y para una fanática como yo, la irrupción femenina en el reporteo del fútbol, el último bastión de un machismo concentrado, manejado por hombres y jugado por hombres, estos nuevos aires sólo vienen a darle más emoción. Las mujeres llegaron para quedarse, esto ya no tiene vuelta atrás.

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