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Nuevas prestaciones sociales: no desordenar más la casa

Andrés Hernando Investigador CEP

Por: Andrés Hernando | Publicado: Jueves 28 de noviembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Andrés Hernando

Racionalizar y modernizar el Estado es una labor compleja que toma tiempo y esfuerzo, dado que la estructura que tiene no corresponde a una planificación coherente. Por ello, es una buena práctica no complejizarlo innecesariamente cada vez que se crea o diseña una nueva iniciativa. La creación del Ingreso Mínimo Garantizado (IMG) es una oportunidad para instalar esta idea.

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Los subsidios a los ingresos laborales son una buena alternativa de política pública: redistribuyen ingresos a trabajadores que ganan menos, promueven el empleo y, asociados a un contrato, incentivan la formalización. Todos efectos deseables. En Chile tenemos experiencias positivas con este tipo de programas, siendo los dos más importantes el Subsidio al Empleo Joven (SEJ) y el Bono al Trabajo de la Mujer (BTM).

Por lo anterior, es interesante que la agenda social considere un nuevo subsidio de este tipo, el IMG, que replica esta lógica alcanzando a todos los trabajadores del 90% más pobre. Sin embargo, la implementación propuesta en el proyecto de ley presenta algunos detalles que merecen atención.

Uno de los problemas sistémicos de nuestra política pública es la replicación, fragmentación y la falta de coherencia y coordinación entre programas. Iniciativas muy similares se implementan en servicios distintos, con la consiguiente pérdida de eficiencia y de flujos de información relevantes. La propuesta del IMG adolece de estos problemas. El SEJ es administrado y ejecutado por SENCE. El BTM, que replica exactamente la lógica del SEJ, es administrado por Desarrollo Social (MDSF), pero ejecutado por SENCE. El nuevo IMG será administrado y ejecutado por MDSF directamente, tres diseños institucionales distintos para tres programas que son esencialmente lo mismo.

Dado que los tres subsidios serán incompatibles entre sí, mensualmente SENCE informará a MDSF los beneficiarios a los que paga para que el ministerio determine si corresponde el nuevo beneficio. A su vez, MDSF deberá enviar a SENCE la nómina de beneficiarios de IMG para que este determine el pago de alguno de los otros dos subsidios. Una complicación evidente.

Se requerirá de montar plataformas de postulación y atención en Desarrollo Social para los beneficiarios del nuevo subsidio, plataforma que replicará la existente en SENCE. No solo es ineficiente, sino que también innecesariamente engorroso para usuarios que deberán consultar en dos servicios distintos por un beneficio que está asociado a la misma causal.

¿No sería más eficiente concentrar tres programas que son en esencia lo mismo en un solo servicio público que provea una ventanilla única? Incluso más, ¿no habría sido un mejor diseño de política pública fusionar los tres subsidios y administrarlo desde el servicio que ya tiene la experiencia, el capital humano y el mayor interés en promover la empleabilidad de sus beneficiarios?

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