Padre Hugo Tagle

Bendito trabajo

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 2 de mayo de 2016 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Padre Hugo Tagle

Padre Hugo Tagle

Ayer celebramos el día del trabajador. Lo hacemos con cuentas tristes, dado el explosivo aumento de la cesantía en Santiago. Si en la capital el panorama es preocupante, ni imaginar cómo será en otras partes de Chile. Muchos han mostrado su preocupación. La verdad, el panorama pinta para café oscuro. Las fuentes de trabajo pueden disminuir abruptamente; recuperarlas, es proceso lento.


Entre las prioridades de la autoridad debe encontrarse el crear condiciones para aumentar el empleo, no para disminuirlo. Que ello resulte atractivo, no un lastre pesado. Todos ganamos con su creación. Es el mejor camino y antídoto para luchar contra todo tipo de males sociales: delincuencia, depresiones, se fortalece la familia, se combate la desigualdad. Con pocas pero inteligentes medidas, se puede combatir exitosamente esta espiral viciosa de desempleo y revertir sus nefastas consecuencias.


El Papa Francisco se ha referido a su importancia en muchas ocasiones. Su falta, dice, "daña al espíritu, como la falta de oración daña también la actividad práctica". "Trabajar es propio de la persona humana. Expresa su dignidad de ser creada a imagen de Dios. El trabajo es sagrado". Estar desempleado es terrible. Fuente de todo tipo de males para la persona y la sociedad. De ahí que, quienes tienen responsabilidad, deben velar porque éste aumente, mejore en calidad y cantidad y, sobre todo, se mantenga.


Todos somos empleadores. De ahí que debemos preocuparnos en mejorar las condiciones laborales de quienes tenemos a nuestro cargo ¿Lo estiman? ¿Es grato trabajar con usted?


Tratémonos bien. Abunda la queja por maltrato, no tanto contra el empleador sino más bien contra los pares. Los chilenos nos hacemos la vida difícil en el trabajo. No somos muy buenos compañeros. Si mejoramos el trato mutuo, si nos respetáramos más, ya mejoraríamos la calidad del trabajo, aunque ello no redunde en un mejor sueldo. Al menos se nos hará más grato el lugar donde pasamos buena parte del día y de la vida.


Hagamos las cosas bien. Que la muerte del puente de Cau-Cau no sea en vano. Que su mal ejemplo de gestión nos sirva para enmendar errores.


Quien trabaja bien, da un gran servicio a sí mismo y a la sociedad. Quien crea trabajo, realiza un gran apostolado, dignifica a las personas, participa del plan creador de Dios, quien sigue creando a través de nosotros. Lograr de la sociedad un grupo humano "bien empleados y ocupados" debe ser uno de los objetivos prioritarios de quienes tienen responsabilidades en ella. Ojalá cambie para bien el panorama laboral. Es posible.

Lo más leído