Padre Hugo Tagle

Bendito trabajo

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 30 de abril de 2018 a las 04:00 hrs.
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Mañana celebramos el Día del Trabajo. Lo celebramos y agradecemos. Todos, en mayor o menor medida, somos empleadores. Es bueno recordarlo. Siempre hay alguien que depende de nosotros. Si pedimos justicia y buen trato, debemos comenzar dándolo.

El trabajo es una bendición. El relato del Génesis que habla de sacar con fatiga el alimento diario y el pan “con el sudor de la frente” (Gn 3,17) se ha comprendido mal. Dios creó al hombre y lo hizo semejante a Él y en lo más propio de Él: ser cocreador, partícipe activo en su obra creativa. En la tradición bíblica el trabajo manual goza de una gran consideración. El trabajo no es castigo divino, como se imaginaba en los mitos antiguos, ni condición de esclavitud, como se pensaba en la cultura greco-romana: es constitutivo al ser humano. Nos aburriríamos si no trabajáramos, si no creáramos. Es condición de sobrevivencia. Quien no trabaja, vive menos, se entristece, se frustra. Jesús mismo trabajó. Fue carpintero. San Pablo, el gran apóstol, no se dedicó solo a hablar. Donde iba, pagaba su estancia con trabajo, como “hacedor de tiendas” (Hch 18,3). La contemplación cristiana incluye la acción. Y Dios nos confío la más maravillosa de las herramientas: nuestra capacidad creativa. Es increíble la imaginación humana. De ahí que “dar trabajo” es una enorme responsabilidad, sobre todo para quienes tienen la posibilidad de hacerlo. Me alegra la gran cantidad de emprendimientos que han surgido. Profesionales y técnicos jóvenes que, antes que estar “buscando trabajo”, lo crean. ¡Gracias infinitas! Hay que apoyar las iniciativas de creación de fuentes de trabajo para que más chilenos tengan un trabajo digno.

Eso sí, se trabaja para vivir y no se vive para trabajar. El trabajo debe ser un medio para una vida más feliz. Y nos santificamos en el trabajo y no “a pesar del trabajo”. No hay que abandonar el mundo laboral para encontrar a Dios. En medio de él, está el Señor.

Pero aquí hay tareas pendientes. Un primer punto, clave, es crear trabajos estables y mejorar los sueldos. Que todos se sientan parte de la torta, sabiendo que obtendrán un trozo justo por su empeño y dedicación. Debemos apoyar más las iniciativas que busquen crear empleo. Luego, capacitar más y mejor. Un mundo cada vez más complejo requiere de mayores habilidades, que las personas “sepan hacer más y mejor” sus tareas.

Que San José obrero, patrono de los trabajadores, nos regale su sabiduría; nos ayude a crear más y mejores fuentes de trabajo, donde todos se puedan desarrollar y realizar.

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