Día de la Madre

Padre Hugo Tagle

El próximo domingo celebramos el Día de la Madre. Una bonita tradición que hacemos bien en cultivar y estimular. Nos regalamos poco, por lo que haremos bien en meter la mano al bolsillo y regalar a quien nos regaló la vida.

El Papa Francisco nos dice que "una sociedad sin madres sería una sociedad deshumana, porque las madres siempre saben testimoniar incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación, la fuerza moral". Una buena madre transmite el sentido más profundo de la práctica religiosa, ya que muchas veces las primeras oraciones, los primeros gestos de devoción que un niño aprende, se desprenden de las vivencias que la madre le ha transmitido.

Pero no sirven solo las bonitas palabras. Es necesario apoyar aún más el trabajo de las madres, ayudar en la mantención y cuidado de sus hijos, cooperar positivamente a que se puedan desarrollar tareas hogareñas con trabajo remunerado. Las nuevas generaciones de hombres han comprendido que su participación en la educación y preocupación por los hijos es infinitamente mayor a la que ellos experimentaron de sus padres. Un modesto progreso. Pero falta.

"Sin las madres, no sólo no habría nuevos fieles, sino que la fe perdería buena parte de su calor sencillo y profundo", dice el Papa. Todos tenemos madre. "No somos huérfanos, somos hijos de la Iglesia, somos hijos de la Virgen y somos hijos de nuestras madres".

Ser madre es también una elección de vida, que se debe renovar constantemente. Es donación, entrega, disposición. Todos valores propios del corazón de Dios. Por ello, es lamentable que no se le dé la importancia que le corresponde. Dice el Papa que la madre "es poco escuchada y poco ayudada en la vida cotidiana, poco considerada en su rol central en la sociedad". Incluso a menudo la sociedad civil se aprovecha de la disponibilidad de las madres a sacrificarse por los hijos para 'ahorrar' en gastos que nos corresponden a todos.

"Las madres son el antídoto más fuerte a la difusión del individualismo egoísta" ya que 'individuo' quiere decir 'que no puede ser dividido'". Pero "las madres, en cambio, se 'dividen', ellas, desde cuando acogen un hijo para darlo al mundo y hacerlo crecer", señala el Papa.

La madre es imagen, reflejo del amor de Dios. En todo corazón materno, hay algo de divino. Una sociedad que sabe valorar su trabajo y dedicación es una sociedad que ha apostado por lo mejor, lo más seguro, la pieza clave en el organigrama social. Que esta celebración no pase en vano y sea una renovación del afecto por ellas. Recuerde: todo gesto de amor es siempre bienvenido. Un regalo, por pequeño que sea, ya es algo.