Padre Hugo Tagle

El grupo de Whatsapp

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 23 de julio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Las redes sociales nos cambiaron la vida. Y, más aun, el WhatsApp. Chile es uno de los países en que con mayor rapidez se masificó esta singular aplicación, sustituyendo rápidamente a otras formas de mensajería. Pocos chilenos, menos jóvenes, no son parte de dos o más grupos de whatsapp. La telefonía de pago debería verse en problemas en los próximos lustros por el aumento y perfeccionamiento de las formas de comunicación gratuitas. Un signo del tiempo. Debería ser más fácil, accesible y rápida la forma de comunicarnos.

Es falso que las redes y la telefonía móvil nos han aislado. Nunca la humanidad había estado tan comunicada, nunca habíamos interactuado tanto como en este siglo. En Chile hay más celulares que habitantes. El problema no es conectarse. El problema hoy es desconectarse, buscar un cierto aislamiento y soledad.

En Francia prohibirán los celulares en las salas de clases. La Presidencia de Chile busca instituir el modelo de “reuniones sin celulares”. Vamos a ver cómo les va. Muchas familias se han propuesto sentarse a la mesa sin celular. No sirve apagarlo. Hay que dejarlo fuera del comedor. El “modo silencio” no sirve de mucho. Lo sabemos. El punto es educar la voluntad y no ocuparlo delante de otros. Algo hemos aprendido. Hoy casi no suenan celulares en salas de cine, iglesias ni salas de clase.

La adicción a las redes ha adquirido una tonalidad peligrosa. O al menos interesante. Pertenecer a un grupo de whatsapp es el nuevo signo de incorporación a una tribu, grupo o segmento en particular. Puede ser fuente de grandes alegrías o enormes penas. Pienso en los colegios, donde es fácil anular a alguien sólo por el hecho de no integrarlo a un grupo. Se puede estar inactivo en un grupo, pero resulta fatal ser eliminado.

Es muy sano “desconectarse”. Dejar de lado la “virtualidad” para entrar de lleno a la realidad, sin caretas ni intermediarios electrónicos. El contacto humano, la palabra directa acompañada del gesto, no se sustituirá nunca. No por nada se están mejorando tanto las comunicaciones como la rapidez de los desplazamientos.

Comunicarse es entregar de sí. Cuidado con la banalidad, la ligereza y la frivolidad en las redes. Más de uno se cansó de ese grupo de curso o amigos de universidad o instituto, del grupo de equipo de fútbol, “porque no se decía nada”. Es fácil agotar en las redes, en los medios, en el whatsapp. La comunicación es un delicado equilibrio entre llenarse para darse, y retirarse para acercarse. Revise sus redes y la calidad de sus mensajes. Un buen ejercicio para mejorar la calidad de nuestras relaciones.

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