Padre Hugo Tagle

En elecciones, buena cocina

PADRE HUGO TAGLE M. @HugoTagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 10 de mayo de 2021 a las 04:00 hrs.
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Conversando se entiende la gente. La civilidad se demuestra en la capacidad de abrirse a la realidad del otro, ponerse en sus zapatos, empatizar con sus alegrías, sufrimientos y sueños; en preguntar y genuinamente interesarse por lo que el otro propone o comenta.

No es esperar a que “el otro me oiga”, o partir desde el prejuicio o el “ya sé lo que me va a decir”. Eso no es diálogo. El arte de conversar, como el de amar, parte del asombro y agradecimiento por el otro, de la sana convicción de que me puedo dejar complementar, aprender algo nuevo, que no soy dueño de la verdad. Supone generosidad, apertura, autocrítica, capacidad de ceder y buena fe.

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Esto del “diálogo”, tan menospreciado por algunos, es lo que finalmente nos hace humanos y nos separa del resto de los mamíferos. Incluso las abejas “se comunican”. Y pareciera que lo hacen muy bien, en su organización armoniosa y fascinante.

Han abundado las críticas a los acuerdos, esparciendo sobre ellos un aire de sospecha, tildándola de “cocina política”; salpicando soberbia y sarcasmo; con la arrogancia que regala el saber que nada se pierde con denostar a otros, total, la política de los espectáculos y la frivolidad lo permiten.

Dialogar, llegar a acuerdos, es justamente el arte de la buena política. El escrutinio público, que en democracia se realiza periódicamente, sabrá evaluar si esos acuerdos son sensatos o no. Recuerdo aquí algunas de las frases de Humberto Maturana sobre la necesidad de diálogo. Lo dijo ya en 2009, casi como una profecía de lo que se vive hoy: “En Chile estamos viviendo un momento histórico de mucha agresividad. Estamos muy centrados en la crítica, en la descalificación, en oponernos los unos a los otros. Estamos muy limitados en nuestra disposición a colaborar. Y el colaborar no se hace entre especialistas, entre los dueños de la verdad, entre relaciones de autoridad, sino en el mutuo respeto”.

En efecto, “nunca las guerras resuelven los conflictos humanos -nos dice-, porque no son de la razón, sino de la emoción y se resuelven solamente en las mesas cuando hay conversación y respeto”. Conversación y respeto. Hora de dignificar “la dignidad”.

Nos acercamos a las elecciones de constituyentes, gobernadores y alcaldes. Muchos candidatos han realizado un buen trabajo, dejando “los pies en la calle”; aprovechando las instancias de diálogo y discusión ofrecidos por los medios en distintas plataformas. Ingrediente clave en una “buena cocina” democrática es votar informado. Aporte con el suyo. Para que esa cocina resulte una fiesta de la democracia.

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