Padre Hugo Tagle

Septiembre

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 21 de septiembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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Padre Hugo Tagle

Quiero comenzar agradeciendo a quienes hicieron posible que los pasados "feriados irrenunciables" fueran eso: irrenunciables. Me refiero a todos los que tuvieron que trabajar esos días: Choferes de bus, de metro, cobradores de peajes, FFAA y Carabineros, guardias, enfermeras y médicos de turno, más de una nana, y un largo etcétera. Chile no para. Así, otros podemos festejar tranquilos. Pero, tras el 18, la vida continúa y a pasos agigantados, de cara a fin de año, con una agenda llenísima para esa inmensa mayoría de chilenos que se levanta temprano a cumplir con su deber.

Ojalá hayan sido días para encontrarse con los parientes lejanos, un evento familiar, un punto de unión, una oportunidad de sentarse y compartir una buena ensalada y un trozo de carne, un choripán, una empanada, una copa de vino o chicha. Es fiesta de fraternidad, donde aflora lo mejor de cada uno, dejamos de lado las rencillas y conversamos como buenos amigos. Somos un país pequeño, hecho a pulso, que quiere y debe ser "mesa para todos".

Hemos sido testigos, y quizá actores, de una crispación excesiva. No es sana una convivencia así. La desconfianza ha llegado a niveles preocupantes para una sociedad democrática. La democracia hay que cuidarla, buscar siempre puntos de acuerdo, acentuar más lo que nos une que aquello que nos separa.
Renovemos las confianzas. El grado de odiosidad - algo artificial y amplificado por el anonimato que ofrecen las redes sociales - intoxica nuestra convivencia; envenena nuestra capacidad de entendernos y de construir sociedad.

"La unidad exige mucho tiempo; la división llega en un instante", dice un sabio adagio. Hagamos nuestra la célebre frase de San Agustín: "En las cosas necesarias, la unidad; en las dudosas, la libertad; y por sobre todo, caridad". Hay que apostar a las cosas que nos unen y no a las que nos dividen. La sola frase tan relamida "reformas sí, pero no éstas", nos habla ya de un principio de acuerdo que no debe morir.

Se celebró el Te Deum en todas las catedrales de Chile. El principal fue en la catedral de Santiago, como cada 18 de septiembre desde 1811. En él se agradeció al buen Padre Dios por la patria y le pedimos por mayor unidad, paz, justicia y fraternidad ¡Que cada uno sea constructor de paz y no división! Nadie sobra en Chile.
El próximo domingo celebramos el día de oración por Chile, en que consagramos la patria a la Virgen del Carmen. Que ella nos ilumine como la estrella que es desde la bandera nacional, que cuide y proteja a cada chileno. En cada uno está el hacer de Chile un país mejor.

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