Padre Hugo Tagle

Tierra y libros

En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 25 de abril de 2016 a las 04:00 hrs.
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El viernes pasado celebramos el día de la tierra; el sábado, el de los libros. Estas efemérides nos hacen bien. Nos llevan a tomar conciencia de realidades que parecen obvias, pero que no lo son. Hay una íntima relación entre ambos. No por nada dos célebres novelas describen la decadencia del hombre, su pérdida de libertad, con la destrucción de libros: Fahrenheit 451 de Ray Bradbury y Un mundo Feliz de Aldous Huxley. Lo primero que una dictadura realiza es restringir, censurar, la publicación de libros y con ello, de conocimiento.

Libros son cultura, dignificación del hombre. Leer es cultivar y vivir en un mundo más pleno, amplio. Si los chilenos leyéramos más, seríamos un país más feliz, más justo, más fraterno.

“Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros”, dice San Agustín. Quien lee, aunque no sea creyente, se abre a un mundo distinto, abre la mente y la imaginación, deja por un instante lo concreto, para navegar por aguas espirituales. “De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo. Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”, dice una conocida cita borgiana.

Quien lee, es más sensible ante la realidad y su entorno. Dime qué lees y te diré quién eres. Una casa sin libros, es como un desierto triste. Surge vida de una buena lectura. “Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”, dice un proverbio hindú. “Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”, nos recuerda Borges.

Y de los libros a la tierra de donde nacen, hay un paso. El cuidado por la cultura comienza en el cuidado del entorno, de la naturaleza, de la humanidad que la habita. Nos debemos a ella. El 23 de abril conmemoramos la muerte de tres grandes escritores de la literatura universal: Miguel de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. Los tres, poco sabían en su tiempo de cuidado del medio ambiente. Pero, al ser grandes humanistas, si vivieran hoy, hubiesen hecho de su pluma un servicio a la madre tierra. “La degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas”, dice el Papa Francisco en Laudato Si. “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”, nos recuerda el Papa.

Tomar conciencia del entorno, como leer, son de las tareas que no se pueden postergar.

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