Todos por la vida

Padre Hugo Tagle

La Presidenta Bachelet dijo al momento de firmar el proyecto de ley de despenalización del aborto que "no podemos obligar a las mujeres que carguen solas con el dolor". En efecto, de eso se trata: de apoyar y acompañar a las mujeres, sobre todo las de embarazos complicados o involuntarios, a que lleven a feliz término ese proceso y puedan, o bien vivir con su nuevo hijo, darlo en adopción o vivir un luto digno, si resulta que finalmente muere la creatura. Se trata de hacer de éste un proceso liberador, sanador, de vida.

Hay acuerdo en un punto esencial: cuando hablamos del aborto, nos referimos a "alguien" y no a "algo". Un gran paso en el sinceramiento de las posiciones. Estamos de acuerdo en que se va a acabar con la vida de un "alguien", por muy microscópica que sea. Y es bueno, amigo lector, que usted tome conciencia de eso. Ni siquiera de alguien potencial, sino real, con todo su material genético completito. Dependiente, sí, pero persona al fin y al cabo.

El punto es quién decide si ese "alguien" sigue viviendo o no: unos dicen que lo debe decidir la madre: si es producto de una violación, si viene con alguna malformación, si representa un peligro para su vida. Otros afirmamos que ese "alguien" debe nacer simplemente por el hecho de ser, de encontrarse con vida, por doloroso que sea para su entorno. Y esta convicción no tiene nada que ver con la fe. Es simple observación, la que hemos hecho todos -también los que están a favor del aborto- de que ahí, hay vida humana.
Nada justifica introducir una cuña en la legislación que finalmente llevará a una tolerancia mayor en materia de aborto. La práctica médica ha abordado los casos complejos que presentan tantos embarazos con éxito, permite discernir sabiamente y optar por la vida, sin necesidad de un acción voluntaria de acabar con una vida.

Y con respecto a la decisión del rector de la UC en relación a que en la red de salud UC no se realizarán abortos, está en su derecho. Como las decenas de otros establecimientos que se han sumado a esta iniciativa. Lo que se discute es la despenalización de estas causales de aborto, no la obligación que tenga uno u otro médico o institución a hacerlo, cosa a la que no se puede forzar. La decisión del rector UC va, paradojalmente, en la misma línea de quienes apoyan el aborto: la libertad de las personas para elegir lo que estimen mejor. Pues bien, seamos consecuentes y respetemos esa libertad. La tolerancia se debe vivir, no solo predicar.

Que toda mujer en situación de embarazo riesgoso o indeseado vea en toda la comunidad un aliado y no un enemigo. Nadie sobra. Optemos por la vida.