Padre Hugo Tagle

Un Dios tan humano

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle U

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 19 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Un cuento escrito por Charles Dickens en 1843, Christmas Carol (cántico de Navidad), cuenta la historia de un hombre malvado y huraño llamado Ebenezer Scrooge, que cambia su forma de ser durante unas frías navidades debido a la visita de tres fantasmas que le recuerdan su vida pasada, su presente y, sobre todo, su futuro. Asustado ante esta evidencia, cambia de vida y devuelve la mano a todos los que despreció e ignoró en el pasado. Toma conciencia del tiempo perdido y se transforma en una persona generosa, humilde y alegre, dejando atrás su egoísmo, frialdad y soberbia.

Dickens acierta en su célebre texto en lo más íntimo de esta fiesta. Navidad es tan fuerte que tiene el poder de cambiar al más egoísta para volverlo generoso; al más intransigente para que actúe de forma más permisiva; al más desalmado para hacerle redescubrir su misión en el mundo, y por supuesto, al más desdichado para que se abra a la gracia y acepte la felicidad que surge en su nueva vida.

El Papa Francisco nos recuerda que “el pesebre representa la ternura de Dios”. No podemos dejar de sorprendernos ante el regalo de Dios hecho hombre. “Los invito a detenerse ante el pesebre, porque allí nos habla la ternura de Dios. Allí se contempla la misericordia divina que se ha hecho carne, y que enternece nuestra mirada”, dice el Papa.

Para contemplar el misterio de Emmanuel, Dios con nosotros, hay que abajarse, inclinarse y entrar en el recinto sagrado del pesebre, el cual irradia paz, humildad, alegría.

Dios pudo haber escogido otro camino para llegar a nosotros. Es muy revelador que San Lucas recuerde con detalles tan significativos el nacimiento de Jesús, subrayando su materialidad y profunda humanidad. Sin discursos ni moralinas, todo es ver y sentir.

“Jesús no se ha limitado a encarnarse o a dedicarnos un poco de tiempo - dice el Papa Francisco-, sino que ha venido para compartir nuestra vida, para acoger nuestros deseos. Porque ha querido, y sigue queriendo, vivir aquí, junto a nosotros y por nosotros”.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo al parlamento de su país que Alemania haría bien en recordar sus raíces cristianas, que debería “leer más la Biblia” y participar más de “servicios religiosos”. En efecto, un país que no reconoce lugar a Dios en todos los espacios, que no se alegra de la espiritualidad de su pueblo, que no se deja interpelar por ella, está condenado a la división.

Navidad une. No se reste a su encanto, con su pesebre, cantos y oraciones ¡Feliz Navidad!

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