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Pensiones: de la confrontación a la colaboración

IGNACIO ARTEAGA E. PRESIDENTE USEC

Por: IGNACIO ARTEAGA E. | Publicado: Miércoles 2 de agosto de 2017 a las 04:00 hrs.
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Estamos a pocos días de que comience la discusión sobre el proyecto de ley de reforma al sistema de pensiones en nuestro país. Casi como un reflejo condicionado, se activan mecanismos de defensa en las diversas instituciones y actores relevantes, se encargan encuestas, se preparan argumentos, estudios, estadísticas, voceros, estrategias de comunicación, etc.

La experiencia no ha sido grata respecto al modo en que se han discutido las anteriores reformas estructurales que hemos vivido en los últimos años. El proceso mismo de hacer reformas, independiente del resultado de las mismas, ha dejado heridos en el camino, ha fisurado instituciones, tensionado los vínculos y crispado los ánimos. Las confianzas se han debilitado, la retórica de “enemigos”, “adversarios”, “oponentes”, inevitablemente determina el abanico de herramientas disponibles y los cursos de acción a seguir.

Adoptamos formas de discusión que entorpecen el genuino encuentro de nuestras diferencias. Por ejemplo, no aceptamos matices, priman los planteamientos binarios o absolutos, cuando la realidad siempre tiene matices. Adoptamos slogans y consignas que no pasan por el cedazo de la crítica razonada. Y, lo más grave, quitamos todo crédito moral al que piensa distinto, así es más fácil desacreditarlo, construimos una falsa posición de superioridad moral y nos ahorramos el trabajo de refutar sus ideas y argumentos, ello ocurre por ejemplo cuando algunos demonizan al actual sistema de ahorro personal calificándolo como “egoísta” o “individualista”, en circunstancias que no es así. Es necesario superar las visiones ideologizadas y los populismos que generan falsas expectativas. Con esas actitudes perdemos todos.

La forma en que se han conducido las discusiones y procesos de reformas han hecho que el tono de la política haya sido confrontacional y, la verdad sea dicha, nosotros no queremos que vuelva a ser así en la discusión de esta nueva reforma. De todos depende que se pase de la confrontación a la colaboración, del slogan a la discusión razonada, del descrédito al que piensa distinto al respeto por el otro y por nuestras instituciones. Todos estamos llamados a contribuir al bien común promoviendo la dignidad de las personas, basándonos en principios rectores de todo orden social como son la solidaridad, la subsidiaridad, la propiedad privada y la justicia social.

En la Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos (USEC) hemos iniciado un proceso de reflexión sobre los valores y principios que deberían inspirar al sistema de pensiones en Chile. Partimos de la premisa de que hay valores y preocupaciones compartidas por todos los actores involucrados, que pueden ser un terreno común en el cual construir. El primer espacio común y concreto que nos interpela a todos es la urgencia social de las personas que no tienen una pensión digna. Y el segundo, es reconocer que en el otro que piensa distinto a mí, también existe un sincero interés por mejorar las pensiones.

La reforma al sistema de pensiones no tiene por qué ser un juego de suma cero, en el que lo que uno gane lo pierda otro. Tenemos que asumir una mirada más amplia, más compleja también, pero mucho más enriquecedora, entonces la lógica de la confrontación cede ante la posibilidad de colaborar. Si asumimos el tema de las pensiones partiendo de la base de la dignidad de cada hombre y mujer, entonces a la discusión sobre el monto en dinero de la pensión se suman innumerables posibilidades de mejoras más amplias y trascendentes para nuestros adultos mayores, asociadas a la creación, promoción y reforzamiento de vínculos sociales para ellos, su inclusión laboral, la acción solidaria de la propia sociedad civil y la acción subsidiaria de diversos organismos públicos y estatales, para así contribuir de manera sustentable al mejoramiento de la situación de nuestros adultos mayores.

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