Pilita Clark

El argumento a favor de una jornada laboral de cinco horas

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Por: Pilita Clark | Publicado: Lunes 14 de mayo de 2018 a las 04:00 hrs.
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El otro día escuché algo tan extraño pero convincente que no he dejado de pensar en ello. Pasó en la ciudad australiana de Hobart, donde el director de una empresa de asesoría financiera comenzó a trabajar a tiempo parcial cuando su esposa -que acababa de tener un hijo- comenzó a recibir tratamiento para el cáncer.

Jonathan Elliot descubrió que en cinco horas podía completar el mismo trabajo que antes hacía en ocho, y se le ocurrió: ¿por qué no ver si todos los demás en la empresa podían hacer lo mismo? A principios del año pasado los cerca de 30 empleados de su firma, Collins SBA, comenzaron la prueba de una jornada de cinco horas, sin reducción de sueldo. Todos tenían que comenzar a trabajar entre 8 am y 9 am y completar su trabajo entre 1 pm y 2 pm. Después, la mayoría estaban libres para irse al campo de golf, jugar con sus hijos o lo que quisieran. La recepción se mantuvo abierta todo el día y se atendieron todas las necesidades urgentes de los clientes.

A pesar del temor de que el cambio destruyera el negocio, ha funcionado tan bien que no hay planes para terminarlo, dice Claudia Parsons, la directora de operaciones de la firma.

“Ha sido un cambio radical”, me dijo. El ausentismo por enfermedad ha decaído. Han contratado a nuevos empleados talentosos. Algunos asesores han logrado niveles sin precedentes de nuevos negocios. A los clientes no les molesta esperar para ver un asesor. Las ganancias de la firma no se han visto afectadas.

Ésta es una compañía relativamente pequeña llena de contadores y asesores financieros. No obstante, me gusta la idea de una jornada de trabajo de cinco horas por tantas razones que no sé por dónde empezar. Primero, ofrece el fin de algunos de los aspectos más deprimentes de la vida de oficina, como las largas e innecesarias reuniones.

En Collins SBA se eliminaron las reuniones de una hora. Ahora hay un encuentro semanal de la oficina de sólo 10 minutos en la que todos permanecen de pie y hay reuniones más pequeñas y breves si se necesitan. La jornada de trabajo de cinco horas también acaba con otra idiotez del trabajo de oficina: quedarte hasta las 5 pm cuando ya has completado todo tu trabajo, o porque el jefe todavía no se ha ido. Según Parsons, ahora si los empleados de Collins SBA siguen trabajando en sus escritorios a las 5 pm, “ya no se considera admirable”.

Otra ventaja de la jornada laboral de cinco horas es que reconoce una verdad secreta de la vida de oficina: algunas personas logran más en tres horas que otras en diez; sin embargo, nunca son recompensadas.

Pienso en los muchos padres trabajadores que conozco (la mayoría mujeres) que hacen su trabajo de prisa, se tragan el almuerzo en el escritorio y se escapan como prófugos en cuanto pueden para recoger a sus hijos. Sospecho que muchos hombres pasarían más tiempo con su familia si pudieran y Parsons dice que muchos han comenzado a hacerlo desde que iniciaron la jornada de trabajo de cinco horas. Pero no hay que ser padre para ver los beneficios de una jornada de trabajo reducida. Sólo hay que estar entre las una-en-ocho personas en países de la OCDE que trabajan 50 horas o más por semana.

El fin de los almuerzos relajados y la necesidad de trabajar eficientemente no le gustó a todos en Collins SBA. Un par de personas se marcharon. A otras les preocupó que provocara la eliminación de las charlas y la cooperación. La empresa ahora patrocina excursiones de personal por las tardes cada dos meses.

Por supuesto, la jornada de trabajo de cinco horas no funcionaría en todas partes. Cualquier firma que cobre por hora la vería con terror (aunque apuesto que sus clientes no). No tendría sentido para la mayoría de las personas en mi gremio. El mundo produce noticias todo el día y los periodistas tienen que estar listos para reportarlas. Hasta quienes primero propusieron la jornada laboral de cinco horas han tenido que hacer ajustes.

Elliot se inspiró en un libro de un empresario estadounidense, Stephan Aarstol, quien introdujo las jornadas de trabajo de cinco horas en Tower, su empresa de surf de remo en San Diego, en 2015. Les ofreció a sus empleados el mismo sueldo y 5% de las ganancias, pero les advirtió que cualquiera que no se comprometiera con el programa de cinco horas se tendría que marchar, y varios lo hicieron. “Estás poniendo a las personas bajo la luz”, me dice. “Quedó bien claro quiénes no estaban haciendo nada”.

Ahora ha decidido limitar la jornada de trabajo de cinco horas a los meses de verano y regresar a la de ocho el resto del año. “Nuestro experimento sigue en pie”, dice.

Le deseo lo mejor. La idea de una jornada de trabajo de ocho horas tiene más de un siglo y hay algo extraño en nuestra fijación con ese concepto. La jornada de trabajo de cinco horas tal vez no sea la respuesta que todos buscan. Pero creo que podría funcionar mucho mejor de lo que pensamos.

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