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¿Por qué el país se agita de nuevo y qué es diferente esta vez?

Pavel Gómez Economista, profesor de la Univ. del Desarrollo

Por: Pavel Gómez | Publicado: Jueves 24 de enero de 2019 a las 04:00 hrs.
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Pavel Gómez

Escribo estas líneas pretendiendo que mis emociones no distorsionen la nitidez del análisis.

Son años de monopolio del poder por parte de unos fanáticos asociados con mafiosos, que empezaron con un sueño de justicia y terminaron devastando un país, destruyendo su economía, empujando a millones de venezolanos a buscar refugio en otras tierras, a fabricarse una nueva humildad, a sembrar afuera los sueños que nos robaron en nuestra propia casa.

Hiperinflación, asesinatos, falta de medicinas y alimentos, cortes frecuentes de luz y grifos de agua secos son algunas de las razones que han propiciado esta avalancha de venezolanos que se observa en Santiago o en Lima o Bogotá. Una noche que ha durado 20 años.

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En estos días, el pueblo venezolano despierta en una nueva batalla por recuperar su democracia, sus instituciones secuestradas; y en el preludio de unos próximos días muy difíciles hay signos que sugieren que algo es diferente. Hay una estrategia depurada que combina elementos sociales, políticos, estratégicos y emocionales.

A comienzos de enero se renovó la directiva del parlamento venezolano, encabezada por el diputado Juan Guaidó (ingeniero, 35 años), quien logró unir de nuevo a la oposición democrática, trazar una ruta estratégica creíble e insuflar una nueva esperanza.

Ayer, 23 de enero, Guaidó juró como presidente interino de Venezuela. Esto marca un quiebre político y emocional. En lo político, plantea abiertamente las disyuntivas clave. A las Fuerzas Armadas: apoyar a un Maduro usurpador, o apoyar el rescate democrático, negándose a reprimir al pueblo opositor. A la comunidad internacional: reconocer a Guaidó como legítimo en la línea de sucesión o mantener el reconocimiento de un Maduro usurpador.

Pero sobre todo, este movimiento estratégico de la oposición venezolana ha logrado rescatar la esperanza, movilizar a las masas desesperadas y carentes, con objetivos claros, una metáfora de liderazgo comprometido y un compromiso de no violencia.

Vienen días difíciles, pero se han destruido las barreras del miedo y la resignación.

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