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Por qué las empresas deben tener un propósito

Cristián Bastián Socio Principal de KPMG

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El 82% de la población mundial no sabe para qué vive, no tiene un propósito en su vida, alerta un estudio realizado por el área de responsabilidad corporativa global de KPMG. En Europa, esta cifra se reduce ligeramente al 78%, pero continúa siendo elevada. A menos que entendamos cuál es nuestro propósito en la vida, vamos a pensar que todo está bien mientras todo continúe su flujo normal.

Respecto de estas cifras, podemos profundizar que no es que las personas no sepan qué hacer con su vida, sino que les falta confianza para hacerlo. Todos tenemos capacidad para cambiar el mundo y hacer que tenga sentido. Y en este cambio, las empresas juegan un papel indispensable.

Las organizaciones que cuentan con un propósito firme y que trabajan para hacer mejor la sociedad logran que sus trabajadores se sientan identificados y, con ello, orgullosos. Si una empresa es sostenible, sus trabajadores que sí tienen un propósito, aumentarán progresivamente y tendrán claro por qué trabajan en una empresa y qué hacen.

De hecho, en la actualidad las empresas más valoradas no cuentan con un mayor número de ventas, sino con características relacionadas con innovación y responsabilidad. Prueba de ello, es que una reciente encuesta realizada por nuestra firma entre estudiantes de todo el mundo concluye que el 84% de los estudiantes universitarios mejor preparados no elegiría para estrenarse en el mercado laboral a una empresa cuyos valores no estuvieran en consonancia con los suyos, y el 92% seleccionaría para trabajar, en primera instancia, una empresa que tuviera una visión de futuro apasionante.

Pero, ¿qué propósito debe buscar una empresa? En primer lugar, debe tener claro que puede contribuir al cambio y que cuenta con un propósito, porque de lo contrario, el fingir que lo tiene solo para perpetuar el negocio a través del beneficio, puede tener consecuencias muy negativas.

Recordemos que anteriormente entre los objetivos de las empresas se encontraban los medioambientales, sin embargo, hoy en día se incluyen aspectos como la dignidad, poner fin a la pobreza y la desigualdad. Estas nuevas metas se recogen en los 17 objetivos de desarrollo sostenible marcados por Naciones Unidas y que incluyen lograr alianzas para el desarrollo sostenible, una meta en la que tiene un papel importante el sector privado.

Todas las empresas deben ser parte de estos cambios. En la misma línea, las empresas deben integrar en su estrategia cómo tiene que ser el mundo en los próximos años. Con la globalización, muchas personas se están quedando fuera del progreso y del desarrollo.

Pero más allá de las empresas, debemos hacer hincapié en sus líderes, pues ellos son quienes deberían tener un propósito. Ellos son los que fijan los objetivos. Si no, la entidad simplemente cambiará de una marca a otra.

Por ello, las empresas que han decidido unirse a este propósito de tener un crecimiento sustentable, ponen de manifiesto que contribuir al desarrollo del país y a la población no son solo sueños, sino objetivos humanos que se pueden conseguir con la voluntad de las organizaciones.

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