Columnistas

¿Por qué los países desarrollados no tienen AFP?

M. Cecilia Cifuentes Hurtado Directora Centro de Estudios Financieros ESE Business School

Por: M. Cecilia Cifuentes Hurtado | Publicado: Lunes 28 de mayo de 2018 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

M. Cecilia Cifuentes Hurtado

En discursos y debates sobre nuestro sistema previsional se suelen escuchar por parte de sus detractores frases del tipo: “si el sistema fuera tan bueno, los países desarrollados lo utilizarían, sin embargo, la mayoría tiene sistemas de reparto estatales, y si tienen un sistema de capitalización privado, es sólo un complemento del sistema estatal ¿por qué no copian nuestro sistema?” En todo caso, cuando dan este argumento se cuidan de que no haya expertos en el tema dentro de los panelistas, porque, si bien la idea suena razonable, con un poco de análisis y sentido común se puede mostrar que no lo es para nada, es realmente un argumento falaz.

Imagen foto_00000003

¿Por qué los países desarrollados no siguen nuestros pasos en esta materia? La razón es simple; no lo copian porque no pueden hacerlo, seguramente querrían adoptarlo, pero sus elevados déficits fiscales les impiden avanzar en esa dirección ¿Por qué preferirían nuestro sistema? Porque con el grave problema demográfico que enfrentamos, el sistema de capitalización individual es superior al reparto en términos de lograr mejores pensiones, sin amenazar la sostenibilidad fiscal. Lo que hemos visto recientemente en Nicaragua es el tipo de crisis que provienen de un sistema de reparto que se queda sin financiamiento.

Chile cambió hace más de tres décadas su deficiente sistema de reparto por uno de capitalización individual, pero para hacerlo requirió de una gran disciplina fiscal. Esto es inviable para los países desarrollados actualmente, que en promedio tienen un déficit fiscal cercano a un 3% del PIB. Pensemos que cuando se decide cambiar de reparto a capitalización, los trabajadores activos dejan de financiar a los jubilados con sus cotizaciones previsionales, ya que empiezan a ahorrar en sus propias cuentas. Es el Estado entonces el que pasa a hacerse cargo de las jubilaciones, financiando este gasto con ingresos generales, como de hecho ocurre en Chile actualmente con los trabajadores que permanecieron en las antiguas Cajas de Previsión. En promedio, los países de la OCDE gastan cerca de un 10% del PIB en pensiones, cifra que muestra la dificultad de financiamiento que representaría dejar de recibir las cotizaciones previsionales de los trabajadores activos ¿de dónde saldrían esos cuantiosos recursos? Afortunadamente, nuestro país implementó ese cambio cuando el porcentaje de población pasiva era muy inferior al actual.

No se puede desconocer que tenemos, producto de ahorro insuficiente, pensiones reducidas, pero los países que tienen reparto, además de estar subiendo cotizaciones y edad de jubilación, mientras recortan beneficios, tienen un serio problema fiscal y elevados impuestos al trabajo. Por algo será que dentro del Indice Global Mercer de Pensiones nuestro país ocupa el lugar N°10 del mundo ¡Somos top ten en sistema previsional!

Tenemos entonces que para la gran mayoría de los países pasar del reparto a la capitalización es inviable, porque no pueden afrontar el costo fiscal, a pesar de que en términos de sostenibilidad y mejores pensiones, la capitalización tiene ventajas. ¿Pero qué pasa con el cambio inverso como propone el movimiento No+AFP? ¿Pasar de capitalización a reparto? Obviamente es una idea tremendamente atractiva para un populista, porque es posible mejorar las pensiones por un tiempo, para luego terminar en una situación mucho peor que la actual. Pensemos en los jubilados actuales o los que están prontos a jubilar (los líderes de este movimiento, por ejemplo), quienes podrían financiar sus pensiones con los ahorros que tienen acumulados, a lo que se sumarían las cotizaciones de los trabajadores activos, que dejarían de ahorrar para sus futuras pensiones. Pero cuando esos trabajadores hoy jóvenes, jubilen, no tendrán ahorros, y dependerán totalmente de los futuros aportantes. En ese momento, cada dos trabajadores activos, habrá un jubilado ¿tendrán que cotizar la mitad de su sueldo? Los líderes del movimiento, y los políticos que los apoyan, ya no estarán para pasarles la cuenta.

Lo más leído