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Principales desafíos para el comercio internacional de Chile

Directora General de la DIRECON, Ministerio de RREE

Por: Paulina Nazal | Publicado: Miércoles 9 de noviembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Desde mi ingreso a la Dirección de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), he sido testigo privilegiada de la exitosa inserción internacional de Chile en la economía mundial. Gracias a la política de comercio internacional implementada a partir de 1990, hoy contamos con 26 acuerdos comerciales, con 64 mercados que representan más del 83% del PIB global, lo que ha favorecido el crecimiento, la modernización y el empleo en nuestro país.


Apenas asumí la responsabilidad de dirigir Direcon, tuve la oportunidad de participar en una intensa agenda en el marco de "Chile Week 2016". Durante las variadas actividades en Miami, Nueva York y Filadelfia pude constatar los beneficios del TLC entre Chile y Estados Unidos, con una presencia vigorosa y diversificada de nuestras exportaciones en ese país. También observé, con satisfacción, el activo accionar de los empresarios chilenos, lo que revela la importancia del trabajo público-privado para la proyección de Chile en el mundo global.


Esta experiencia nos confirma que la política de negociaciones comerciales debe persistir en su camino de ampliar los alcances de los tratados vigentes, implementando nuevas iniciativas que mejoren aún más un posicionamiento competitivo de los bienes, servicios, inversiones y del gran capital humano con que cuenta nuestro país. Ello pasa por varias acciones complementarias a la suscripción de TLC. Por una parte, hay que administrar los acuerdos apropiadamente, promover la presencia de exportadores e inversionistas en esos mercados, e internamente, implementar medidas y políticas públicas que faciliten y permitan un mejor aprovechamiento de los acuerdos comerciales. Por otra parte, continuaremos el trabajo de acercamiento de nuestro país y de sus operadores económicos a nuevos mercados, aún inexplorados, en el continente africano, así como a los países de la Comisión Euroasiática.


Pero, sin duda, lo más destacable en el futuro inmediato debe ser la profundización de la Alianza del Pacífico (AP), acuerdo de integración plurilateral, de reconocido éxito, en el que nuestro país ejerce hoy día la Presidencia pro témpore. Y, por cierto, habrá que perseverar en el proceso de convergencia entre la AP y el Mercosur, tarea relevante en momentos que la economía mundial se mueve sobre la base de grandes bloques comerciales. Una América Latina integrada le da mucha mayor fuerza a cada uno de los países de la región en el mundo global, y ello es especialmente prioritario para nuestra proyección a los países del Asia.


También en el ámbito plurilateral no podemos eludir los esfuerzos de negociación que culminaron en el Acuerdo Transpacífico (TPP), iniciativa de gran envergadura, y que estamos convencidos favorecerá a nuestro país abriendo nuevas oportunidades económicas y comerciales. Más allá de controversias, incluso en los Estados Unidos, este Acuerdo se encuentra en línea con la estrategia que ha adoptado desde hace más de dos décadas el Estado chileno de participar plenamente en la economía global.


No tenemos dudas sobre la prioridad de diversificar nuestro comercio, considerando los serios problemas que nos genera la estructura productiva fundada en recursos naturales, especialmente hoy día con la caída vertiginosa de los precios internacionales de los commodities. Por ello, los esfuerzos de integración a las cadenas globales de valor en las fases más avanzadas de los procesos productivos se convierten en un tema de primera importancia. Considerando la variedad de acuerdos comerciales, que ha suscrito nuestro país, debemos aprovechar el acceso competitivo a esos mercados no sólo como exportadores de recursos naturales, sino fundamentalmente para incorporar mayor conocimiento a los bienes y servicios que producimos.


Otros desafíos, cada día más importantes, apuntan a cómo abordaremos la creciente relación del comercio con los nuevos temas de la agenda internacional: el reforzamiento del comercio de servicios, en particular con la agenda digital, así como en los temas de producción sustentable, cambio climático, Pymes y la inclusión de la perspectiva de género en el comercio. Estos temas, por lo demás, han sido parte sustantiva en el trabajo multilateral de la Direcon, el que seguirá con nuestra activa presencia en los foros económicos OCDE, OMC, OMPI y APEC.


Quiero concluir destacando que a partir de este año creamos un departamento de género en la institución, que busca justamente incorporar el tema en las negociaciones y en la promoción de las exportaciones. Por cierto, destaco mi propio nombramiento a la cabeza de las relaciones comerciales internacionales de Chile, que lo entiendo como un reconocimiento a todas las mujeres que con profesionalismo aportan día a día con su trabajo al enriquecimiento de nuestra tarea.

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