¿Qué esperan las mujeres del proceso constituyente?

Mónica Retamal, directora ejecutiva de Fundación Kodea y cofundadora de Nuestra Voz

"Prioridad a las pensiones, eso cambiaría la vida de muchas personas ahora y en el futuro", "Que la salud, educación y servicios básicos sean un derecho universal", "Más seguridad y medidas estrictas respecto al acoso/abuso hacia las mujeres", "Que cambiara la ley para quienes estamos privadas de libertad ya que nuestros hijos se crían solos y en un Sename", "Perspectiva de género transversal en toda la Constitución y las políticas públicas". Estas son algunas de las prioridades levantadas por el informe de Nuestra Voz, "Mujeres y proceso constituyente: expectativas y deseos de cambio para el Chile futuro" recientemente publicado en www.nuestravoz.cl.

Nuestra Voz junto a Plataforma Telar se han propuesto innovar con tecnología en la forma de hacer investigación social y abrir un espacio de escucha para grupos de mujeres de distintos sectores que habitualmente no son visibilizados en la discusión pública. Entre ellas adultas mayores, mujeres privadas de libertad, residentes de campamentos, adolescentes y ejecutivas, para conocer así sus preocupaciones y monitorear sus prioridades durante el proceso constituyente. Esto se suma al análisis de 16 mil voces de mujeres, de distintas edades y zonas geográficas del país, que Nuestra Voz recopiló entre fines de 2019 y durante 2020 bajo la pregunta "¿Qué es lo primero que cambiarías en Chile?".

Gracias a estos 16 mil testimonios -analizados con el uso de diferentes tecnologías- pudimos conocer que para casi un 30% de las mujeres es prioritario avanzar en equidad de género y derechos de la mujer, seguido por temas relacionados a desigualdad y justicia, gobierno y Estado, educación, y salud. Dimensiones que hoy, en medio de un proceso paritario inédito para redactar una nueva Constitución, cobran relevancia y marcan las expectativas que las mujeres tienen.

Las prioridades detectadas en el informe con Telar son consistentes con los hallazgos de las 16 mil voces, con necesidades que lejos de ser coyunturales responden a demandas instaladas transversalmente entre mujeres. No obstante, vemos que las expectativas se ven fuertemente determinadas por el contexto social. Los grupos más vulnerables mencionan, entre otras cosas, la inclusión laboral para mujeres privadas de libertad y el acceso asegurado a servicios básicos, demandas que no necesariamente serán abordadas directamente por la Convención. Por su parte, los grupos con altos niveles educativos y económicos levantan solicitudes que, por su naturaleza, sí serán parte del debate: derechos de propiedad y autonomía del Banco Central, por ejemplo.

Esto plantea a la convención el desafío de construir confianzas y entregar evidencia de sus avances de una manera pedagógica, que permita transparentar los contenidos que tienen pertinencia en una Constitución y los que no. También plantea el desafío de abrir espacios de escucha ciudadana y de dar visibilidad al potencial impacto del proceso.

Vemos, además, que la esperanza es el sentimiento transversal frente al proceso constitucional, lo que es coherente con los análisis de las 16 mil voces. Este sentimiento es mencionado mayoritariamente por las mujeres que mostraron más sintonía con las demandas del movimiento social de octubre de 2019 y quienes demostraron mayor interés por informarse del quehacer de la convención. No obstante, detectamos también y en menor grado, sentimientos de incertidumbre particularmente en los grupos con mayor nivel socioeconómico. Este será un punto importante que seguiremos monitoreando para conocer cómo evolucionan estas sensaciones y las expectativas de las mujeres a lo largo del proceso.

Desde Nuestra Voz seguiremos escuchando y visibilizando los saberes y experiencias de todas las mujeres del país, de manera de que sus prioridades estén presentes en la construcción del Chile futuro.