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¿Qué esperar de la inversión?

Economista Jefe Banco santander

Por: Felipe Bravo | Publicado: Jueves 23 de febrero de 2017 a las 04:00 hrs.
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En 2016 tuvimos un leve repunte de la inversión tras un par de años débiles. Este nuevo ejercicio no luce especialmente prometedor, pues esperamos que ésta muestre solo un incremento marginal, y bajo algunos escenarios de riesgo incluso podría caer respecto al año anterior.

La inversión, que representa casi un cuarto del producto, se caracteriza por ser un componente altamente sensible al ciclo económico, por lo que siempre es la primera en reaccionar frente a una economía más débil y también la primera en liderar la recuperación. De ahí la necesidad de procurar estimularla para que el país retome con vigor el camino al desarrollo.

En estos días conocimos el catastro de inversión correspondiente al cuarto trimestre de 2016, en el que comprobamos una recuperación de los niveles de inversión respecto a la medición anterior, pues aumentó 2% en relación a septiembre. Y aunque los proyectos privados en su medición trimestral se expandieron 3,8%, aún están en niveles débiles y por debajo del máximo de fines de 2013, donde la proliferación de proyectos, especialmente mineros, era habitual. En tanto, los de índole público cayeron 3%, destacando la baja adjudicación de grandes proyectos de concesiones, lo que es de esperar que en los próximos trimestres se revierta, para que rubros como obras públicas o salud muestren avances significativos.

Si bien la inversión pública es importante, solo representa uno de cada cuatro pesos del catastro. Por ello, el componente privado es el más relevante y el que requiere de los mayores esfuerzos por reactivarlo. Y si bien en términos generales este año no se ve particularmente prometedor, al menos las perspectivas de los determinantes más importantes de la inversión siguen siendo favorables: se espera que el costo del financiamiento externo aumente solo gradualmente, que el peso chileno se mantenga fortalecido frente al dólar, y que las confianzas de personas y empresas se recuperen paulatinamente. Esto último es clave, porque los bajos niveles de confianza explican la debilidad de la inversión de los últimos años, y no cabe duda que serán los que a su vez impulsen su recuperación. De este modo, estimamos que un repunte de al menos 10 puntos en el índice del indicador de expectativas de la construcción podría bastar para contrarrestar el menor desempeño esperado para este año, fruto del fin del boom inmobiliario derivado del cambio en el subsidio del IVA.

En cuanto al tipo de cambio, un dólar más barato podría estimular la importación de bienes de capital, y con ello la inversión en maquinarias y equipos. Ahora, este efecto se potenciaría si el precio del cobre continúa en niveles por sobre los registrados los años previos, con lo que se activarían diversos proyectos mineros que hoy están paralizados o han salido del catastro.

Una buena noticia del último trimestre fueron no sólo los nuevos proyectos, sino que también la variación de los cronogramas de los ya existentes. Esto último nos sugiere un ajuste moderado de la inversión planeada este 2017, y un fuerte repunte para los años siguientes. Pero es importante recordar que el desempeño futuro debe ser mayor para garantizar un crecimiento sostenido y sostenible del producto nacional.

Aunque con las cifras a diciembre del catastro de bienes de capital se avizora una lenta recuperación de la inversión nacional, a la luz de los indicadores parciales de comienzo de año, esta reactivación podría ser menor. Lo que no deja de ser preocupante, en especial si consideramos que hemos disfrutado de variables macroeconómicas favorables para la inversión, como la apreciación del tipo de cambio, bajas tasas de interés de largo plazo y expectativas que si bien permanecen en terreno negativo, muestran una tendencia de recuperación en todos los rubros. Mirando el panorama con optimismo, los proyectos siguen recuperándose en un contexto donde la incertidumbre regulatoria pareciera todavía estar presente, y tal vez continúe este y el próximo ejercicio. No cabe duda que si la propuesta programática de los candidatos de representación popular generara cierto consenso, este efecto podría mitigarse y ver un repunte mayor de los proyectos durante este 2017.

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